Crónica: Seether + MorphiuM (Barcelona).

Se viene una de las crónicas más especiales que he hecho desde que abrí esta mierda, colegas. Seether son esa banda que formaba parte imprescindible de mi vida en la transición adolescente-adulto, una época rara, corta, pero en la que viví los mejores y los peores momentos de mi vida de una forma insanamente intensa. Durante todo ese tiempo, la música de Seether era mi banda sonora. Es algo diferente, especial, algo que va mucho más allá de si su música es buena o no.

Pero dejémonos de hostias y vamos a hablar del concierto. Seis años llevaban los sudafricanos Seether sin visitar nuestras tierras, mucho tiempo para una banda que no se deja ver con facilidad y el suficiente para que muchos seguidores nos desplazáramos de nuestras tierras para ir a la Apolo 2. Venían presentando Poison The Parish, al que puedo considerar uno de los mejores discos de su carrera ahora que ya lleva un año en el mercado, un trabajo que junta la furia de juventud que contenían sus dos primeros trabajos con un aire más oscuro y sumándole todo lo que han ido aprendiendo en la edición de tres discos bastante irregulares como Finding Beauty In Negative Spaces (que aún así contiene algunos de los hits más importantes de la banda como Fake It o Rise Above This), Holding Onto Strings Better Left To Pray e Isolate & Medicate, donde fueron añadiendo elementos a su propuesta de forma algo alocada. Ahora han encontrado ese equilibrio y Poison The Parish se muestra, bajo mi punto de vista, muchísimo más sólido, con varios temas que me recuerdan a esos Seether que me volaron la puta cabeza cuando aún me acercaba lentamente a la mayoría de edad pero encima mejorados.

Pero no solo de Seether trata la cosa, para abrir la velada teníamos a la banda de Girona MorphiuM, que seguían presentando su último trabajo de estudio, The Blackout, un disco que les ha llevado a tocar por todo el país, Resurrection Fest incluido. A las 20:00, puntuales de cojones, se plantaban sobre el escenario al grito de "¿estáis listos?" y nos dieron media horita de concierto memorable. Nunca es fácil abrir un bolo así, la mayoría de la gente desconocía a esta banda y siempre cuesta levantar eso, pero a MorphiuM solo les llevó un tema conseguir que el respetable se dejara el puto cuello. El sonido era mejorable, sobre todo en las primeras filas (un poco más y les colocan la batería encima de la barra), donde la voz de Alex no se escuchaba todo lo bien que desearíamos, pero la muestra de actitud, garra y poderío de la banda eclipsaba cualquier cosa que pudieran tener en contra. Abrieron con Victim Of Your Shame, seguida por You'd Rather Be Blind y All You Are, casi sin parar, haciendo saltar y cabecear al público, metiendo caña y derrochando actitud. A partir de Point Of No Return, un soberbio temazo, la cosa ya solo pudo ir hacia arriba. Y cuando más arriba estábamos, llegaron Made Of Scars y el single por excelencia de la banda, What Lies Behind Words, en la que consiguieron que la gente cantase su pegadizo estribillo en lo que fue el punto álgido del concierto. Como digo, solo tuvieron media horita, pero fue media hora muy intensa, conscientes de su papel de banda invitada, mostrando sus respetos hacia Seether y ganándose a la gente, MorphiuM se dejaron la piel, la pintura negra que se echan por encima y los huevos sobre el escenario. Son una banda enorme, lo demostraron en el monstruoso escenario del Resu el año pasado, cuando los vi por primera vez, y lo demostraron en el minúsculo espacio del que gozaban en la Apolo 2. Morphium pueden con el escenario que les eches y siempre van a salir triunfantes.

Y bueno, pues media horita de espera y ya, a las 21:00, con máxima puntualidad, Shaun Morgan, Dale Steward, John Humphrey y Corey Lowery, su nuevo guitarrista y apoyo en los coros, saltaban al escenario de la Apolo 2 ante la explosión de júbilo de las primeras filas y mi regreso triunfal a la adolescencia. Una rápida mirada al setlist me hizo torcer el gesto, el concierto iba a ser insultantemente corto, no entiendo muy bien lo de venir como headliners, en fecha única, tras tantos años y tocar trece miserables temas. Me dio bastante rabia, pero esa rabia se disipó pegando berridos con Stoke The Fire, tema elegido para abrir la velada. El efecto karaoke en las primeras filas era ensordecedor y casi impedía escuchar el chorro de voz que gasta Shaun Morgan. Y bueno, ya ni te cuento cómo se puso el tema cuando tocaron Gasoline, imprescindible en sus setlists desde que salió con aquel Disclaimer. Un tema que es pura energía y adrenalina adolescente, rápido y certero, ideal para ir poniendo la sala patas arriba desde el principio.

El show avanzaba sin parar, toda la interacción entre temas de la banda era meter ruido, distorsión y algún 'muchas gracias' de Shaun, un tipo que siempre da la sensación de ser tímido de narices, y poco más, tampoco necesitábamos más, el show era corto y cuantas menos chorradas hubiera, mejor. Let You Down era la siguiente, el público ya estaba comiendo de su mano y el sonido, algo bola al principio, fue mejorando para alcanzar su punto álgido en Truth, tema del Karma And Effect que sonó espectacular, de lo mejor de todo el concierto junto a la siguiente, la siempre emotiva Rise Above This. La incorporación de Corey a la guitarra ha hecho mucho bien a la banda, suenan más potentes (evidentemente), apoya a Shaun en las voces y es pura energía, la banda tiene otro aire más logrado en directo gracias a su aportación. Luego está el bajista, Dale, que también es puro carisma y tiene cara de molar bastante para irte de cañas con él, dando la cara por Seether desde los inicios de la banda. Unas logradas Betray And Degrade y Words As Weapons, singles de los dos últimos trabajos, mantuvieron a la gente metida en el bolo antes de que la vacilona Country Song (que nunca me gustó un carajo, pero lo cierto es que crea toda una fiesta en directo) y Fine Again (mi adolescencia en un tema) dejaran paso a una emotiva versión acústica de Broken, cantada hasta por los camareros de la barra. No íbamos a tener sorpresas, Nobody Praying For Me dejaba paso a los dos últimos cortes de la noche, las imprescindibles Fake It y Remedy, algo estiradas por parte de la banda, con ruido, distorsión, caña y momentos algo improvisados. 

El último estribillo de Remedy dejaba paso al aplauso final y el reparto de púas. Un concierto memorable en muchos sentidos, con un sonido de menos a más y una banda que muestra una gran solidez en directo, pero ensombrecido por su corta duración. Es una lástima, me habría gustado poder disfrutar de al menos tres o cuatro temas más, pero en fin, me voy a quedar con que, por una hora y cuarto, volví a tener 16 años gracias a una de las bandas que más me han marcado a lo largo de mi vida y que ese concierto, aunque corto, fue muy intenso. Muchas emociones juntas pasaron por mi cabeza al escuchar esos temas que llevan toda la vida conmigo, incluso llegué a estar cerca de soltar una lagrimilla, es lo bonito de la música, que cualquier banda te puede llevar a viajar por emociones y sentimientos que desconocías. No me iré sin mencionar a Morphium, aunque ya he dicho todo lo que tenía que decir de ellos, su actuación fue memorable, a veces tengo dudas de si esto de escribir sirve para algo, pero bandas como ellos son los que te animan a seguir dándole al teclado para dar un mínimo de voz al underground nacional. Son cojonudos, suenan atronadores y derrochan ambición y actitud, lo tienen todo para llegar más allá, hacedme caso por una vez. 

En fin, gracias por todo y espero que nos volvamos a encontrar pronto, Seether.

Comentarios

  1. I guess the Seether guitarist was Corey Lowery (it was great!) and not Bryan Wickmann.

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