Crítica: Striker - Stand in the Fire.

¿Cuántas veces he dicho eso de «no inventan nada, pero me mola»? Pues ahí va, otra vez. Los canadienses Striker se encuentran entre mis debilidades musicales y no sin razón. Son una de las cientos de bandas jóvenes que recrean el sonido Heavy de los 80 y estos son de mis favoritos. Meten caña, mucha caña, atruenan como pocos con sus guitarreos y cumplen con el objetivo de hacer pasar un buen rato al oyente. Amigo, si te gusta el Heavy de antaño, con actitud y ganas, saca una birra de la nevera, siéntate en tu sofá y prepárate para devorar cada riff, cada solo y cada segundo de las canciones del tercer álbum de estos muchachos. Quedarás empachado por su buen gusto a la hora de componer canciones Heavys.


Primero os los presento un poco. Striker, como ya he comentado al principio, son canadienses, llevan solo 4 discos contando éste y atruenan que no veas. Sus dos anteriores trabajos me hicieron disfrutar de lo lindo y esperaba con ansia este último. En sus letras suelen hablar de Metal, de cerveza y a veces de cosas menos serias como la muerte y esas chorradas. La portada es manowaresca total, con una especie de Conan ultracachas viéndoselas para librarse de unos tipos muy feos del averno o algo así, Heavy total y el contenido... pues ahora os cuento.
La cosa arranca por todo lo alto con Phoenix Lights, uno de los mejores cortes del disco, guitarras afiladas que atruenan en cada riff, solos vertiginosos y unos coros muy bien encajados son los puntos fuertes de este primer temazo. Lo siguiente son los dos cortes que nos ofrecieron de adelanto, que siguen un poco la dinámica del tema de apertura, hablo de Out For Blood, tema estrella del conjunto para mi, veloz, descaradamente Heavy y con la aparición de un saxofón en la parte central, que juguetea con los punteos de guitarra antes de marcarse un solo bestial y Too Late, que abre con un punteo de los rápidos y con Dan Cleary dejándose las cuerdas vocales con esa voz tan propia que tiene. Triplete de temazos para arrancar.

Buenos estribillos, guitarras poderosas y atronadoras, ritmos veloces... tienen de todo. Seguimos con el tema título, en el que las estrofas las canta Dan acompañado por el bajo de Wild Bill y un Adam Brown desbocado en la batería y apareciendo las guitarras en el estribillo, dejandolo bastante curioso. Sin bajar el nivel, vamos con uno de esos casposetes himnos de Heavy, bajo el título de The Iron Never Lies, toma ya. El acero no engaña amigos, ríete del algodón y esas chorradas. Tema riffero, de estribillo facilón y con gancho. Otro buen tema. Llegamos a la mitad del disco con la instrumental Escape From Shred City, que pasa bastante rápido (no llega a los tres minutos) y los instrumentistas se lucen en lo suyo.

Outlaw empieza como acabó la instrumental, con las guitarras echando humo. Unas estrofas muy Maidenenses y otro estribillo liderado por coros, cosa que aparece bastante en el disco, incluso diría que abusando un poco de ese recurso. Algún punto flojo tenía que tener... Locked In, más caña heavy potentorra nos deja frente a United y Better Times, que, sin ser malos me parecen algo menos inspirados que el resto de cortes que componen el disco, quedando como “más de lo mismo”, insisto, no son malos temas, pero teniendo en cuenta que terminamos con uno lentito en plan balada (cosa poco habitual en Striker) igual habría sido más adecuado meter One Life delante para variar un poco la cosa, pero es mi impresión, si ellos lo consideraron mejor así, se respeta. Lo dicho, One Life cierra de forma atípica un disco de Striker con un tema lentito pero muy bien interpretado y que tampoco queda mal como guinda a este delicioso pastel que es Stand in the Fire.

Total, un gran trabajo de puro Heavy Metal, con algún momento más cercano al Hard Rock y al Hair Rock siempre buscando rescatar la esencia de los sonidos heavys ochenteros y plasmarlos con la fuerza y energía que caracterizan el sonido de esta banda. Necesito tiempo y escuchas para compararlo con los anteriores trabajos de la banda, pero ya puedo adelantar que pocos discos de este estilo superarán el nuevo trabajo de los canadienses Striker en este 2016. Bien por ellos. (8'5/10)

Reseña publicada antes en Dioses del Metal.

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