Crítica: Children of Bodom - I Worship Chaos.

Ya iba siendo hora de desempolvar esto del blog, y ya que lo hago, que sea para traer buenas noticias. Como la que nos traen Children of Bodom en forma de discazo. La banda finlandesa se erigió a principios de siglo como una de las grandes esperanzas del Metal con una trilogía de discos realmente fantásticos como fue Hatebreeder - Follow The Reaper - Hate Crew Deathroll donde se ganaron una importante fama dentro de la escena europea. Además de un prometedor debut con Something Wild. A partir de Are You Dead Yet? (que a mi me parece un disco muy digno, aunque sí, inferior a los mencionados) la cosa se fue torciendo. La inspiración desapareció y además su líder, Alexi Laiho,  atravesó serios problemas personales relacionados con el alcohol y tal, el resultado de eso fueron dos discos mediocres como Blooddrunk y Relentless Reckless Forever donde ese talento mostrado anteriormente parecía haberse esfumado.


Por suerte, parece que Alexi ya ha dejado atrás esos problemas, vuelve a disfrutar de esto y nos hace disfrutar a nosotros, que es lo importante. Ya hubo algún atisbo de mejora en el anterior Halo of Blood, aunque al final se quedó a medio camino. Como si "estoy volviendo, pero en pequeñas dosis para que no os caguéis en los pantalones del susto, cabrones". Y sí, por fin, I Worship Chaos muestra a unos Children of Bodom hambrientos, inspirados y con un par de cojones, fríos como el hielo, pues vienen de Finlandia, pero de hormigón.

Para empezar, terminan lo empezado en aquellos tres maravillosos discos: completar el parchís con la parca. Teníamos la portada verde, la azul y la roja... faltaba la amarilla, cojones. Desde 2003 esperando la puta portada amarilla para tener el magnífico parchís de Children of Bodom. Cuando te comen una ficha suena ARE YOU DEAD YET? super divertido, oye. Bromas aparte, esa portada ya me la tomé como una declaración de intenciones de cara a volver a ese sonido o, al menos, acercarse a ese nivelón.


Y desde el principio queda claro que sí, ya que la cosa arranca fuerte con I Hurt, riff rápido, teclados acompañando bien hasta pasar en un riff pesadote donde suena con fuerza la batería de Jaska Raatikainen, el tema va variando y creciendo a medida que avanza... tiene de todo. Una de las joyas del disco para empezar. Sí, joder, Children of fucking Bodom han vuelto, cojones. My Bodom, más simple pero igual de contundente y con un Alexi desbocado en lo vocal y un estribillo para corear en directo ese "I am the only one!". My Bodom deja paso al primer single, Morrigan, del que destaco la labor de Janne Wirman, dando una ambientaciónn fantástica al tema desde los teclados y leciéndose, como va haciendo a lo largo del disco. Pocas veces destaco la labor del teclista, pues en muchas ocasiones me llena de pomposidad lo que serían temas potentes, pero este cabrón lo borda. Horns (con momentos al estilo del tema Halo of Blood, cercano al Black Metal para pasar a un melodeath más típico en las estrofas) y Prayer for the Afflicted (Medio tiempo oscurete y melancólico, con un puntito a Amorphis, banda a la que versionan en un bonus track) dejan paso a otra de las joyas, el tema título, donde se dejan chorradas y meten una tralla casi cercana al Thrash o el Groove Metal de unos Machine Head mezclado con el sello personal de los Children. Temazo tremebundo.

Hold Your Tongue (de las menos destacables del disco, aunque bien ejecutada en lo instrumental y un estribillo bastante cipotón), Suicide Bomber (cargada de mala hostia, fiereza, caña burra y esas cosas, dejando un muy buen tema) y All For Nothing, donde vuelven a ralentizar el ritmo, dejando un medio tiempo tremendamente oscuro pero de nivelón, nos acercan al final del disco, que llega de la mano de Widdershins que arranca con un riff vertiginoso y va alternando melodía y caña a partes iguales, con el total lucimiento de toda la banda, pero especialmente Alexi y Janne con sus solos de guitarra y teclado respectivamente, hasta dejarnos con unos últimos minutos en el que un pesado riff nos despide a modo de outro.


Total, que Children of Bodom han vuelto y lo han hecho por la puerta grande. Sin llamar al timbre, han tirado el portalón de una patada (melódica) y han dicho eh, que estamos aquí, cagondios. I Worship Chaos es un puñetazo en toda la cara de parte de una banda que aún aspira a ser grande a pesar de haber perdido bastante tiempo con esos discos mediocres. Aquí tenemos 45 minutos de caña burra, buenas melodías y una ejecución instrumental al completo de diez. Su mejor disco desde Hate Crew Deathroll, casi nada, colega. Entre esto y sus recientes directos, podemos decir que sí, Alexi Laiho y sus chicos están de vuelta y eso, amigos míos, es una gran noticia para el Metal. (8'5/10)

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