Desde tierras griegas pero de la mano del sello español Violence In The Veins, nos ha llegado el interesantísimo debut de Mather. Una banda formada en 2017 y que actualmente cuenta en sus filas con Sakis Froutas (batería), MoonLoop (sintetizadores y voz), Leon (bajo y voz) y John Dust (guitarra y voz) en sus filas. A principios de 2020, un momento en el que aún teníamos sueños y esperanzas, se metieron a grabar este "This Is the Underground" para editarlo en abril y ahora, varios meses después, este trabajo ve la luz en una edición limitada en vinilo realmente chula de la mano del mencionado sello, de ahí que ahora tengamos entre manos este trabajo que aúna Rock y Metal progresivo, psicodelia y dejes de Doom conjuntados en una atmósfera áspera, árida, como metiéndonos en esa sencilla pero inquietante portada. El disco fue grabado en NoiseBox Studio con el ingeniero de sonido Sakis Bastas tras la mesa, quien se encargó también de la mezcla y la masterización.
Tras la sencillita intro "On", encontramos un trabajo que destaca, sobre todo, por la interacción de riffs bastante pesados con las inquietantes atmósferas que genera Moonloop con los sintetizadores, teclados y demás, siendo esto último el gran protagonista de buena parte del álbum, como queda claro en la magnífica "A Night To Remember, A Day To Forget", un corte de nueve minutos que presenta un importante viaje sensorial que, aunque en algunos instantes se puede hacer algo pesado y excesivo en su minutaje, te muestra como Mather van en serio desde su debut, sin ponerse límites y dejando volar su imaginación musical. Generalmente, el disco apuesta por la lentitud, ritmos apesadumbrados y una melancolía áspera, como unos Riverside mezclados con dejes de Rock alternativo, por lo que el disco requiere paciencia y escuchas para ir apreciándolo bien. Cuesta hacerse con él al principio, pero temas como la inicial "Recoil" o la sesentera "Give In" esconden, en su rollete casi pantanoso, momentos muy a tener en cuenta, como ese deje tan de los primeros Black Sabbath que nos muestran a la mitad de "Sympathy for the Gods", con un cojonudo riff ultradistorsionado que me partió en dos la primera vez que lo escuché. Sin duda, la joya del álbum es "Co-Lapse", un corte de trece minutazos que tiene absolutamente de todo, psicodelia, un majísimo pasaje acústico, otro bien cargado de distorsión... todo dentro de una misma atmósfera que va variando sus intensidades y, joder, quiero más pasajes como el que se produce por mitad de canción, cuando sacan la artillería pesada, ahí es donde la banda saca su mejor rendimiento. Para el final nos queda "Engine", un buen trabajo de virtuosismo instrumental con protagonismo para todos los músicos, desde el arranque con el bajo acechando pasando por la entrada de la guitarra, el sintetizador y demás, nuevamente destacando por la creación de una atmósfera muy envolvente.
Mather sorprenden, y eso es lo que me ha molado del disco. Si en algún momento dices 'uy, esto se me está haciendo bola', ellos vienen y te sorprenden con un cambio de ritmo, un riff inesperado... algo, lo que sea, que te mantiene al tanto. Está claro que se trata de un debut y hay que consolidar el sonido propio de la banda, ya que sí que hay momentos en el disco en los que se hace pesado, pero vale la pena escucharlo entero por esos detalles que contiene. Estaremos atentos a los próximos pasos de esta banda griega.
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