Reseña: Etorkizun Beltza - Ekaitzen Osteko Sua.

Cortito y al pie, directo al jeto, sin florituras, sin gilipolleces. Etorkizun Beltza, traducido libremente como "Futuro Negro" para los que no tenemos ni papa de euskera, saben que el tiempo es oro y no está para perderlo, amigos. La banda se formó en 2008 en Gernika y desde entonces han tenido claras sus influencias, los Judas Priest, Maiden, algo de Megadeth... que sí, que no es lo más original del planeta, pero ¿Quién no tiene esas influencias en la vida, verdad? Además le dan el toque especial al interpretar sus letras en euskera, cosa que creo que no es tan habitual en un Heavy tan tradicional como en otros estilos, y que encaja realmente bien. Siempre aplaudo que las bandas canten en su lengua materna si así lo sienten en vez de forzarse a un inglés mal hablado, aunque todo va según lo sientan ellos mismos, pero lo cierto es que se nota mucho en casos como los de Etorkizun Beltza, puesto que la interpretación de los temas, y no me refiero solo a nivel vocal, mejora exponencialmente. No pasa nada si no nos enteramos de nada, ya tiraremos de traductor y de paso aprendemos algo nuevo.

Ekaitzen Osteko Sua es su segundo álbum de larga duración, un trabajo de puro Heavy Metal del de toda la vida, sin adornos fugaces, y que se despacha en media hora, así que estate atento o se te va sin darte cuenta. En los tiempos del streaming es lo que se lleva, material cortito, directo y, lo más importante, bien hecho. La producción suena cañera, afilada, lo han grabado en los estudios Chromaticity de Pedro j. Monje (Vhäldemar) y posiblemente se le vea un toque, una aportación, en ese sonido tan punzante que ha logrado sacarle a la banda. 

Tras la intro Bukaera, el álbum nos recibe con Mundu Irenslea, que ya muestra lo que nos viene avisando la banda desde un primer momento, su rollo es el Heavy épico, veloz, de guitarra afilada casi thrashera y voz potente, aunque sin forzar demasiado los agudos (¡GRACIAS!), que hay alguno por ahí, colega, que parece que lo tienen agarrado de los huevecillos durante todo el disco y tampoco es necesario, menos es más, punto justo, ni dulce ni salado, joder. Creo que, con su nuevo vocalista, Etorkizun han acertado, voz potente, buena interpretación... cumple, desde luego. Altsasukoak Aske, de mis favoritas del disco con esos coros tan a lo Accept y unas guitarras gruesas, de cemento puro, e Ihesian, muy pegadiza y machacona, se meriendan solitas la primera mitad del álbum. Es rápido, es un avión, es un Formula 1, es el descenso en picado de la carrera de Children Of Bodom... no, amigos, es el nuevo disco de Etorkizun Beltza. No te da tiempo ni a arrepentirte de habértelo puesto, joder. La cara B abre con otra intro, Apriliak 26, apocalíptica como ella sola, que nos deja con tres temas más, la jodidamente frenética Oroimenak, bravo al poderío de la batería ahí, Hizten Gabezia, de la que destaco esa melodía de guitarra al inicio, y, finalmente, Sasijainkoen Elikagaia, single que empieza con una atmósfera oscura e inquietante y se acaba haciendo pegadizo dentro de su caña, donde guitarras y bajo conforman un bloque muy sólido.

Total, un buen disco de puro Heavy Metal. No te engañan estos hijos de Euskadi. Etorkizun Beltza, tras haberse repuesto de los problemas habituales en el underground (cambio de miembros, etc.) vuelven a asomar el jeto con un trabajo muy disfrutable, al final quedan seis cortes y dos interludios, media hora, lo cual hace que se quede algo corto y uno pida algo más, pero bueno, está bien, se le da al play otra vez y ya está. Al final los temas son de un nivel alto, las guitarras están muy bien trabajadas, la voz entra bien, la sección rítmica funciona que da gusto... no sé, no puedo pedirles mucho más (si eso un temita o dos más...). Buen trabajo.


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