Reseña: Eveth - Puerta Áurea.

Otra vez venimos a hablar de Eveth, amigos, son unas cuantas veces las que han salido por aquí ya sea en crónicas o reseñas, es lo que tiene que se muevan continuamente y se dediquen a trabajar por hacerse un hueco en el panorama nacional y a sacarse las castañas del fuego con ímpetu, ambición y una ilusión poco habitual en una banda que lleva tanto tiempo en ello. Y eso que yo llegué tarde a ellos, que los conocí cuando presentaban El Legado de los Sueños en la desaparecida Área 51 (un bareto así medio jebi de Palma, no la base ultrasecretaconspiranoica de los EEUU), con lo que ya era su segundo LP y sin contar su extensa carrera en Habemus Rock y toda la historia que ya se ha comentado mil veces. Pero el rollo es que desde entonces, cinco años mediante, los he visto más de una docena de veces, casi doblando a la segunda banda que más veces haya ido a ver en directo y yo qué sé, ya es costumbre total. Y desde aquella vez no hay duda de que han crecido bastante fuera de la isla, su gran asignatura pendiente, llegando a editar este Puerta Áurea con Rock Estatal Records, que no es cualquier cosa, oye, y logrando ese difícil objetivo de cruzar el charco Mediterráneo para llegar al público peninsular.

De todas formas, debo decir, que de primeras me daba mal rollo este nuevo álbum, pues la idea de la banda era, aprovechando el buen rendimiento y la inercia positiva de Entelequia, meterse rápidamente a grabar este nuevo álbum, lo cual hizo que me preocupase la posibilidad de que pudiera existir cierta precipitación y eso les pudiera hacer repetir esquemas u ofrecer un disco, digamos, a medio hacer. Afortunadamente no se puede decir que haya sido el caso, en Puerta Áurea Eveth han dado una vuelta de tuerca a su sonido buscando un tinte más heavy, más duro y cañero, olvidando interludios, dejando de lado las baladas (que a mi me molan pero oye, tampoco hay que forzarlas si no le ves sitio) e incluso prescindiendo del violín de Dito, que se quedó sin sitio en las nuevas composiciones. Con eso y bajo el amparo del multimencionado Miguel Ángel Riutort "Mega", productor de visita obligada para cualquier banda mallorquina que quiera dar un paso adelante, este cuarto larga duración de la banda suena poderoso, rudo, con unas guitarras bien logradas y con la bienvenida aportación de los hermanos Toni y Biel Recio a la guitarra rítmica y bajo respectivamente, que además de dar un feeling genial a sus directos, le dan un empaque necesario al sonido de Eveth.


Adentrándonos en el disco tenemos un inicio muy fuerte con tres cortes redondos, tres singles de manual para ir abriendo. Los XII Caballeros, muy power metalera, de estribillo épico, velocidad y melodía bien lograda, Por Convicción, con la colaboración de Carlos "Nano" Sanz (Dunedain) que le da mucho cuerpo al tema y que destaca, principalmente, por ese buen juego de voces entre él y David Dalmau, y la genial La Revelación, de mis favoritos del disco, con un estribillo tremendamente épico que debería triunfar por todo lo alto en los directos de la banda y que tiene todos los puntos para convertirse en uno de sus principales 'hits' que no deberán faltar en sus próximos conciertos. Abrir el disco así es salir a ganar, la verdad, aunque sufres el peligro de que lo que venga después decaiga y no logre estar a la altura. En ese sentido, Puerta Áurea se muestra fuerte, ya que sigue con Entre Las Sombras, con uno de los mejores riffs del álbum, veloz y muy heavy, y Las Dos Caras, que se muestra oscurilla y va ganando fuerza a medida que va avanzando y destaca por una letra realmente buena.

Desde luego el disco muestra unas intenciones muy claras por parte de la banda, suena muy heavy, muy duro y ciertamente ambicioso. Me gusta que hayan tirado por este camino, ya que creo que es donde Eveth saca su mayor potencial y aquello que les diferencia de muchas de la bandas que saturan un poco el género. El disco sigue avanzando con cortes accesibles, que entran muy bien y que además ganan fuerza a medida que les das escuchas, como Cruzado, un corte rápido que tiene un estribillo muy logrado y un buen juego de riffs, y Ker, que cuenta una historia muy interesante sobre el mito de las 'keres' y trasladándola a situaciones que podrían estar perfectamente en nuestro día a día. Es algo que va muy con el rollo de Eveth, contar historias antiguas o sobre diversas mitologías y llevarlo a un terreno más tangible. Seguimos con la fiestera Skal, uno de los temas más duros que ha hecho Eveth en su carrera y que, aunque no acabo de conectar del todo con el estribillo, tiene un gran potencial y lo veo verdaderamente adecuado para levantar el vaso de cerveza en los directos de la banda. Tu Obsesión y Esclavo de la Ira, ambas muy en la tónica del disco, con sus cabalgadas rifferas tan clásicas del Heavy Metal, nos dejan con la preciosa letra de Cielo, con una carga emocional brutal y realmente bien interpretada, que se nota que toca de cerca a algún miembro de la banda. Finalmente, cerramos con Guerreros de Odín, un corte muy épico, marcado por un riff muy afilado desde el inicio y una magnífica labor por parte de Leo, con una gran pegada a los parches como a lo largo del disco.

Un muy buen álbum de Eveth, otro más, y que me ha sorprendido gratamente pese al poco tiempo de distancia respecto al anterior. Han llevado su sonido a un punto de potencia superior a lo que habían hecho hasta ahora, los temas suenan afilados y con una garra de la que a lo mejor adolecía Entelequia, donde predominaba mucho más la melodía (que también estuvo bien, eh?). La verdad es que Puerta Áurea tiene cuerpo, suena compacto y entra realmente bien al oído de cualquiera, que eso es importante, además de ganar fuerza a cada escucha. Este debe ser el disco que aúpe a la banda a consolidarse con fuerza en la escena del país, amigo, porque realmente es un muy buen trabajo.


Comentarios