Sin ningún lugar a dudas, el black metal está viviendo una etapa muy dulce en la actualidad. La mayoría de los “grandes dinosaurios” del género, precursores de esta movida en los 90, están viviendo una segunda juventud. Y nuevas bandas surgen ya en el nuevo milenio, con una cotas de calidad dignas de admiración, haciendo evolucionar el género hasta convertirlo en uno de los más variados y versátiles de la actualidad. Desde los herederos del sonido más tradicional como lo pueden ser Mgła y Ascension. O quienes tiran por senderos más atmosféricos y épicos, como por ejemplo Saor o Wolves in the Throne Room. Pasando por los más progresivos Krallice o los más melancólicos Deafheaven. No es mi intención empezar a enumerar bandas sin ton ni son. Solo quiero dejar claro el concepto: hay savia nueva en el black metal. Y hoy toca hablar de una banda que, con el que es su segundo larga duración, ha ganado una buena cosecha de nuevos fans, yo incluido. Disco que está recibiendo elogios por parte de aquellos que lo han escuchado. Os presento a Asagraum.
Un poco de biografía a modo de introducción, al tratarse de casi unas desconocidas. Esta agrupación, formada exclusivamente por mujeres, nace en 2015 a caballo entre los Países Bajos y Noruega. Por la baterista de origen canadiense pero residente en Oslo Trish Kolsvart, y la cantante / guitarrista / bajista holandesa Hanna van den Berg, alias “Obscura”. No son en absoluto unas principiantes. La primera cuenta en su currículum haber militado en una docena de bandas (aunque no os voy a engañar, exceptuando Asagraum, no conozco a ninguna). Y la segunda, aparte de llevar repartiendo leña desde el 2006 y haber estado también en casi una decena de bandas, ha llegado a formar parte de la plantilla de Nargaroth. El resto de la agrupación la conformarían diversas féminas de armas tomar e indiscutible talento a modo de músicos de directo. Editarían un primer disco en el 2017, de título Potestas Magicum Diaboli. Disco aclamado por la crítica y que les abriría las puertas a una pequeña gira por Europa teloneando a Impety. Desde entonces no han parado de dar conciertos. Pronto la canadiense abandonaría la banda, quedando Obscura al mando. Y ahora en el 2019 nos ofrecen su flamante 2º disco, Dawn of Infinite Fire.
Un poco de biografía a modo de introducción, al tratarse de casi unas desconocidas. Esta agrupación, formada exclusivamente por mujeres, nace en 2015 a caballo entre los Países Bajos y Noruega. Por la baterista de origen canadiense pero residente en Oslo Trish Kolsvart, y la cantante / guitarrista / bajista holandesa Hanna van den Berg, alias “Obscura”. No son en absoluto unas principiantes. La primera cuenta en su currículum haber militado en una docena de bandas (aunque no os voy a engañar, exceptuando Asagraum, no conozco a ninguna). Y la segunda, aparte de llevar repartiendo leña desde el 2006 y haber estado también en casi una decena de bandas, ha llegado a formar parte de la plantilla de Nargaroth. El resto de la agrupación la conformarían diversas féminas de armas tomar e indiscutible talento a modo de músicos de directo. Editarían un primer disco en el 2017, de título Potestas Magicum Diaboli. Disco aclamado por la crítica y que les abriría las puertas a una pequeña gira por Europa teloneando a Impety. Desde entonces no han parado de dar conciertos. Pronto la canadiense abandonaría la banda, quedando Obscura al mando. Y ahora en el 2019 nos ofrecen su flamante 2º disco, Dawn of Infinite Fire.
Lo que nos encontramos en esta segunda obra es un black metal de corte tradicional muy pero que muy bien ejecutado, y con una producción excelente. La cual corre a cargo de Tore Stjerna. Nombre que seguramente no os diga nada, pero este buen hombre ha estado tras la producción de incontables obras de black metal, entre ellas la discografía entera de los mismísimos Watain. Palabras mayores, desde luego, lo cual ya anticipa que esto va a sonar de maravilla.
They Crawl from the Broken Circle es el corte que da comienzo al disco, el cual ya deja claras las intenciones. Fiero, agresivo, “maligno”, visceral, y abrasivo. Todo mezclado, no agitado, con su propio toque personal. ¿El resultado? Lo expuesto en el párrafo anterior: black metal a la vieja usanza, con toques melódicos y/o sinfónicos cuando la ocasión lo requiere. Muy heredero de la escena nórdica, siendo los citados Watain y otros nombres como Gorgoroth (en su época con Gaahl) y Sargeist sus principales influencias. Que no resultará en absoluto original, pero que si que tiene suficiente frescura y personalidad propia como para no sonar a refrito. Obscura saca a relucir todas sus dotes musicales con una buena remesa de riffs fieros, líneas de bajo precisas e hipnóticas, y una voz desgarradora. La batería corre a cargo de Amber de Buijzer, joven batería que aunque con menos experiencia, suple la ausencia de Trish Kolsvart de forma más que efectiva. Todas estas sensaciones se repiten con el siguiente tema, The Lightless Inferno, con un puntito algo más sinfónico pero sin salirse demasiado de la receta.
Abomination's Altar, por su parte, es un tema más thrasher y directo, que recordará algo más a Darkthrone o incluso a los primeros Bathory. Guahaihoque, en cambio, supone un tímido acercamiento al black metal melódico, con solo de guitarra incluido. Para luego enfrentarnos al tema que da título al disco, siendo esta una canción más agresiva pero con aires algo más oscuros. Tres temas que dan variedad al trabajo, antes de volver al black metal a todo trapo de Dochters van de Zwarte Vlam, aunque no nos libramos de ciertos “punkarreos” que ya encontramos tres temas atrás.
Encaramos el último tercio del disco a ritmo de Beyond the Black Vortex, donde Obscura muestra su vertiente más densa, macabra, y doom metalera. Un tema absolutamente genial que juega con medios tiempos y cambios de ritmo bruscos, y que para mi es el punto álgido del disco. Sucedido por Hate of Satan's Hammer, cuyo título no podría ser más adecuado. Tema que golpea duro y sin piedad cual martillo empuñado por el mismísimo Lucifer. Con ciertos fragmentos a medio tiempo que no son sino un pequeño respiro para reponerte antes del próximo martillazo. Pero esto no acaba aquí. Asagraum se guardan un último as bajo la manga. Pues para Waar ik ben Komt de Dood, el track que cierra el disco, nos tenían reservado una buena ración de black metal en su vertiente más mística, con voces limpias incluidas que quedan asombrosamente bien.
No voy a entrar en el tema de que si la mujer está infrarrepresentada en el mundillo del metal, y tal y cual. Me parece un debate estéril, del cual me niego a formar parte. Solo voy a decir que estas chicas han parido un discarral enorme, y que todo amante del black metal debería escuchar si o si. Que no destaca por su originalidad (ni lo pretende). Pero que está muy bien ejecutado, está producido de forma magistral, no se hace monótono en ningún momento, y cuenta con la duración justa para no hacerse pesado ni hacerse corto. Yo por mi parte ya lo he comprado en el Bandcamp de Edged Circle Productions (su actual discográfica). Considero que es un disco por el que merece la pena pagar. Y sobra decir que voy a estar muy atento a su carrera musical de aquí en adelante.
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