Crónica: Airbourne + Supersuckers (Aarhus, Dinamarca, 12/10/2019)

Si bien es dicho que lo bueno, si breve, dos veces bueno, también es cierto que si es excesivamente breve, nos da que pensar que la eyaculación precoz es un problema de tal magnitud en nuestra sociedad, que el dicho además de ser aplicable para el acto coital, se extiende a otras facetas de la vida como puede ser la cocina de autor o la música. En esta crónica, nos centraremos en lo segundo.

Empezando por el principio, Airbourne volvían a la segunda ciudad de Dinamarca con el sold out marcado desde hacía meses. Servidor, consiguió su entrada como Vinicius Araujo los goles: Tarde, de potra y de rebote. Con puntualidad clavada, a las 8 abrieron puertas y servidor se instaló lo más cerca que pudo de la barrera como los kebabs en las zonas de fiesta. Los teloneros eran Supersuckers y ciertamente, los conocía lo mismo que Sergio Ramos a ACDC; haber escuchado por la mañana las 4-5 primeras en Spotify y ya. Lo que yo me esperaba que fuera un grupete joven, con ganas y algo que ofrecer, resultó siendo un grupo formado en 1988 con canas pero energía y nada que ofrecer, así para entendernos: Los Grave Digger del hard rock. Hace falta pelotas para autoproclamarse “la banda más grande de rock and roll del mundo”, pero sí amigos, lo hacen, leyendo la Wikipedia lo podéis confirmar. La Wikipedia también dice que son 4 maromos pero en el escenario solo había 3. Volviendo a la música, pese a no tener absolutamente nada que ofrecer (tampoco tienen porque hacerlo ojo) y con un bajista/cantante que hacia el quiero y no puedo ser Lemmy Kilmister, pues tampoco lo hicieron mal, más lamentable es Bon Jovi. Hard rock de bar de carretera que te hace el apaño cuando llevas de sequía de conciertos desde el Wacken ya que sonaron realmente bien. No voy a analizar el setlist porque ni me apetece escribirlo ni a vosotros buscarlo pero diré que la única que me hizo medio gracia (por la letra mas que nada) era una que se llamaba “Pretty fucked up”. Aparte de eso, como ver un episodio de “El Chiringuito”: lo puedes disfrutar y no pasa nada, mientras sepas que no es gran cosa.

A eso de las 22:15, arrancó la intro de Terminator para dar salida a “los nuevos ACDC”. “Raise The Flag” fue la elegida para abrir y dar cera: Una ametralladora de sonido, un Joel corriendo el escenario de lado a lado como mi perro cuando le entra la neura de correr y una sala bastante entregada. El nivel de energía no es para nada lo que hay en España, pero aún así un ambiente sano y agradable. Así como patadas de Casemiro se tratara, las canciones fueron cayendo una detrás de otra sin descanso ni verlas venir, siguieron “Too much too young too fast”, “Burnout the Nitro” y “Back in the game”, como si tuvieran strippers esperando en el camerino. La antítesis de Manowar y su turra entre canciones o Dream Theater y sus riffs inacabables. Realmente igual que cuando ves un video porno, prefieres ver como entra el fontanero y ver la historia en vez de que te entren directamente a la cera, esto un poco lo mismo, quieres ver una evolución y no solo canción tras canción pero bueno, se ve que tenían prisa.

Después de “Back in the Game” ya se pararon un poco a saludar y decir las cosas de rigor de siempre más típico y previsible que una rueda de prensa del entrenador pre-partido pero que si no lo haces quedas mal. Seguimos con el concierto en la misma línea, canciones de 3-4 minutos (tampoco tienen otra cosa), todas del mismo estilete, y con menos variaciones que el sistema de Valverde. Por otra parte, se agradece que sea una banda que interactúe con la gente. En un par de ocasiones Joel fue tocando la guitarra a hombros del de seguridad entre el público y se subió a la parte alta de la grada, aparte de tirar mil cervezas y varios cubatas de whisky cola en honor a Lemmy. La cosa como tal está bien, pero llevan repitiendo el mismo show con las mismas bromas desde hace ya varios años, un poco como Sabaton pero no tan descarado. Entre todo esto sonaron “Girls in Black”, “Bottom of the Well”, “Breakin’ outta Hell”, “All for Rock n’ Roll”, “Boneshaker” y “Live it up”. Realmente hay poco que añadir que sea particular de alguna canción, todas sonaron brutales pero también iguales.

Ahora viene como cuando la que te gusta te manda a tu casa a dormir porque dice que es tarde, después de 10 canciones, tiran para recoger. Si amigos, apenas una horita de concierto y ya se van para casa. Parón y sonaron “Ready to Rock” y “Runnin Wild”. No es una broma de mal gusto, no es un problema técnico ni humano, no es un problema de leyes locales de ruido, es que tocaron 12 canciones todas de máximo 4 minutos y se fueron a su casa. Personalmente, como consumidor, me parece una estafa que una banda de Hard rock toque una horita tonta. Tanto que los comparan con ACDC, podrían mirarse que estos a sus 70 años tocan 2 horas largas de concierto. Entiendo que tocar un show todos los días sin descanso es agotador, pero que carajo, si tocaron casi lo mismo que Supersuckers. Ciertamente, bandas “difíciles” o “pesadas” como pueden ser bandas de death o black metal, entiendo que toquen algo menos, pues al final te quedas gilipollas, pero una banda con sonido accesible y de fácil escucha no debería tocar menos de hora y tres cuartos. Cierto que están presionados a hacer muchos conciertos en poco tiempo, los managers deberían mirar un poco por la calidad y no solo por la cantidad (menos conciertos pero más largos).

En resumen, no fue un mal concierto, pero no creo que vuelva a verlos en sala salvo que tengan un telonero potente o ofrezcan otra cosa, solo festivales si caen. Visto lo visto, Airbourne tienen más de sucesores de Anthrax que de ACDC: Hacer muchísimos conciertos, siempre iguales, enfocados hacia un público de festival pero ni uno malo. Realmente fué un bolazo, pero de lo que ofrecieron en el Resu hace 2 años o en el Wacken hace 2 meses a lo de ahora, cambiaron más el orden que las canciones en sí.

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