Crónica: Metallica + Ghost + Bokassa (Madrid, 3/05/2019)

Buah qué pereza, otro concierto tocho a 100 pavos allá en a tomar por culo… Pues si amigos, ahí estábamos para otro concierto de Metallica en la capital apenas un año después del anterior. El cuarteto de thrash que revienta el Instagram regresaba acompañado de sus enchufados Bokassa y Ghost y como aquello de: “no sé cuántas veces podré ver a esta gente hasta que peten” está presente siempre, pues había que ir.

La mítica rotonda de Valdebebas que tanto ha dado a Deportes4 cambió a los fanboys de Ramos & co por metaleros dispuestos a comerse horas y horas de cola donde no hay ni un mal quiosco. Servidor llegó a eso de las 4 con la intención de ver el concierto desde Valdebebas y no desde Leganés y al ver la tremenda cola, se preguntó aquello de: ”Aquí nadie tiene nada mejor que hacer?” Vayamos al lío, algo adelantado al horario abrieron Bokassa, También conocidos como el caprichito del Ulrich. Unos noruegos a juicio propio “del montón” que empezaron a dar caña al asunto. Tocaron alguna de sus primeras en el Spotify que me sonaban y para casa. Sonido en general más bajo que la deportividad de Getafe, aunque no lo hicieron mal. Tocar en un escenario tan tocho, cuando tienes los recursos que tienes, con viento y que suene decente, es una empresa complicada pero aun así no me disgustaron. Un rollete hard rock metal asequible que va bien para arrancar la tarde, pero como pegaba el sol y no conocía mucho a la banda no pare de pensar: “árbitro la hora”.

A continuación, saltaron los Ghost. Personalmente me parecen sobrevalorados como Vinicius Araujo, me gustan menos que el broccoli y me aburren más que un discurso de Rivera, pero oye, su mérito tiene. De parecerme una puta mierda en el Sonisphere de 2013 a parecerme una mierda a secas ahora hay una evolución que hay que reconocer. Ese satanismo de Hacendado combinado con esa melodía del tren de la bruja cuando pega el sol te da la primera hostia en la cara de la tarde. La segunda viene cuando quieres irte a la barra y te cobran 12 pavos por una cerveza (D-O-C-E). Volviendo a Ghost… nah, me callo. Square Hammer tiene gracieta, pero tienen de sucesores del metal lo mismo que Taburete. Siento envidia de verdad por quien le gusten por todo ese rollete que se llevan.

Allá a las 9 y pico y con la noche echándose, arrancó LA puta mejor intro del rock. Información, no opinión. LA intro dio paso a Hardwired. Pepinazo de canción a lo Slayer con un par de filtros de Instagram que te hace decir, hostie tu que, son Metallica. Servidor estaba allá en Cancún pese a estar pegado a la valla que separa la burguesía de la plebe. El sonido arrancó flojete, como el Barcelona sin Messi. (¿Y para esto he pagado 100 pavos?). Metallica es una de esas pocas que bandas que nunca NUNCA suenan mal y efectivamente, tras unos segundos/minutos, Messi entró al terreno de juego y el sonido dio un pelotazo arriba que puso las cosas en su sitio. El viento y una explanada tan vasta evidentemente juegan en un contra, pero la mejora fue evidente. No fue lo del Wizink del año pasado, pero bastante bien.

Gran continuación con Memory Remains y Disposable Heroes, ahí, explicando al personal quien y porque manda en esto. Pese a esa arritmia que parece arrastrar Ulrich desde que se dejó la cocaína y una voz algo justita de Hetfield, la cosa empezó a justificar los 100 pavos. Las canciones siguientes hacen recordar que Metallica (como todas las bandas grandes) viven del postureo. Se nota en que realmente no hay término medio, tienen canciones que todo el mundo saca el telefonito a grabar o que ni la conocen. Así fueron las siguientes 4. Una no (God That Failed), una si (Unforgiven) una no (Here Comes Revenge), una si (Moth Into Flame).

La cosa siguió un poco alterando de la misma manera, Sad But True está muy bien pero ya se va quemando más que Paco Jémez como entrenador. No Leaf Clover también está bien, aunque el público llano la conoce menos que Guardiola el contragolpe. St Anger salvo alguno con los huevos tan cuadrados de escucharse esa bazofia de disco no daba para mucho más que para decir, “al menos no tocan las mismas siempre”.

Llegamos ahora a la hora de los pepinos, donde la gente vuelve a sacar sus camisetas del Primark. Suenan One, Master, For Whom The Bell Tolls, Creeping y Seek. ¿Qué os voy a contar que no sepáis verdad? Pepinazos que suenan siempre a Dios.

Claro que después de tanto pepino, luego te tocan Lords of Summer y te quedas como cuando la que te gusta te dice que te quiere como amigo. Lords of summer pega lo mismo que Rubén Sobrino en el Valencia. Nadie sabe cómo ha llegado, pero a la mínima debería irse fuera. Tremenda manera de cortar el rollo creado por esas ones, masters y demás. Mira que le dan bola a esa canción. Si alguien le gusta más que un “meh, ta bien”, ya no hateo mas, pero ponerla en el encore es de juzgado de guardia. Hechos.

Ya para terminar, llega la hora de hacer otro live de Facebook con Nothing Else Matters y Enter Sandman. Creo que hubo 100 personas en todo el recinto que no la vieron a través de sus móviles, allá cada uno lo que quiera hacer. Sonaron brutales, pero se te cae el alma a los pies ver tanto telefonito.

En conclusión, fue un concierto muy digo pese a las adversidades, pero otra galaxia si lo comparas con el Wizink el febrero pasado. Si el MadCool tiene tanto hater es por algo, por no hablar de la accesibilidad para volver luego a la civilización. Metallica es una de esas bandas que hay que ver al menos una vez en la vida te guste la música que te guste. Si fueron capaces de hacer sonar el patatal de Valdebebas con un viento que ni el invierno de juego de tronos, a pleno potencial, hay pocas bandas que les tosan.

Comentarios