Poco podía imaginar yo cuando escuché el Blood Rapture de Vomitory por primera vez que acabaría teniéndolos en Mallorca, troncos. Entre otras cosas porque en aquel momento continuaban separados, no daban señales de vida y, por tanto, no pasé de ahí. Dije: "total, si no los voy a ver en directo, ya los escucharé en otro momento". Pues toma, al poco tiempo van y anuncian que vuelven para una gira de 30 aniversario de su fundación y jeroma, resulta que vienen a la isla. Ya tienes al nene contento y escuchando la discografía de una de las bandas suecas más devastadoras (y el nivel está alto allí) mientras te llenas la boca pronunciando su nombre. Eso sí, más contentos que yo estaban Devouring, que los tienen por ídolos absolutos y además participaron en un CD tributo con el tema A Lesson In Virulence (que curiosamente no tocaron ni unos ni otros), y ahora resultaba que iban a compartir escenario en la sala Es Gremi junto a la banda de Tarragona Hyban Draco, a quienes ya conocía de su colaboración con Blood Fire Death y que tardé mucho en escuchar como merecen.
Con todo esto, la noche del domingo 17 de marzo se presentaba ilusionante. No tanto para nuestros cuellos y menos para los de los promotores que volvieron a tenerlos llenos de agua viendo que el ritmo de venta de entradas era preocupante. Al final Es Gremi presentó una entrada "normal", bastante mejorable con las clásica ausencias de muchos de esos que sacan pecho para "apoyar la escena" pero encontraron la excusa perfecta en el "mañana madrugo" como si eso sirviese de premisa para perderte a los putos Vomitory. Pero en fin, abrieron puertas a las 19:00, puntuales, y con esa puntualidad salieron Devouring mientras la peña se iba despertando de la siesta a las 19:30 aproximadamente. Lo de Devouring en directo es un caso de la evolución que te da el llevar tiempo dando caña, saber cuál es tu lugar y disfrutarlo, así sus directos han ido a más, ganando mucha intensidad y cobrando una energía cada vez mayor hasta dar zapatillazos abrumadores como el del domingo. Claramente motivados como el que quiere impresionar a un ojeador, repartieron varios de sus mejores temas, que ya conocemos tanto de verlos en directo como de su disco Psalms Of Death: I Become Death, Wall Of Putrid Flesh o Sons Of The Plague sonaron mientras se iban entonando, dedicando esta última a todos los hijos de la plaga que somos público, promotores y demás bandas. Joan se dejó los huevos al micro y la banda fue agarrando energía tema a tema mientras caían Whispers From Nephren'ka, Vivid Nightmares, Primordial Being Of Chaos o Morbid Insanity y la sangre joven de la sala empezaba a correr en círculos dándose guantazos. La "coreable" (dentro de lo que permite un tema de Devouring) Echoes From R'Lyeh dejó paso al tema de los suecos Grave, You'll Never See, que ya han hecho prácticamente suya y cerró por todo lo alto un tremendo bolazo de Devouring. No le cantamos cumpleaños feliz a Alex Correa (guitarra) pero Wall Of Putrid Flesh puede valer, ¿no?
El compañero Pau Navarra de Rockzone comentaba en su crónica del mismo bolo (cambia a Devouring por otra banda) que ser el grupo que toca entre el primer telonero y el pez gordo es jodido porque la peña alarga el pitillo sin darse cuenta y entró cuando Hyban Draco ya llevaba medio setlist, pues resulta que en Mallorca pasó lo mismo con la misma banda. También es cierto que el cambio entre Devouring y ellos fue rapidísimo, en 10 minutos estaban los tarragoneses repartiendo cera y a muchos nos pilló en fuera de juego como Benzema en un partido cualquiera. Sobre el escenario vimos a banda ya casi considerable como veterana de la escena extrema catalana, con tablas de sobra para lidiar con lo que sea, y con una propuesta que conjuga Death Metal con un Black melódico digno de la escuela sueca, con momentos de tralla pura extraida de su último disco Storms Of Desolation como las iniciales Dark Sides In Heaven y The Falling Madness o auténticos temazos como A Long Path y Rivers of Flesh (la palabra de la noche, 'flesh'). Su bajista era quien lideraba el cotarro, animando a la gente y reclamando el calor del público mallorquín mientras el resto se dedicaban exclusivamente a repartir cera de la suya. Sonaron realmente bien y, si bien es cierto que sus partes más rápidas a veces se me hicieron algo bola, mostraron una propuesta muy propia y una puesta en escena tremendamente sobria y potente.
Pero lo que vino después... jo-der. Lo que vino después es para santiguarse y rezar. Poco antes de las 22:00 Vomitory salieron a dar una puta lección de lo que es el Death Metal. No había huevos a gritarles lo de "más rápido hippies" que solemos hacer en Palma por miedo a que te empalasen con la guitarra. Empezó a sonar la intro de The Voyage, tema que abre su álbum Redemption, y los pelillos del culo se me metieron padentro. Lo de estos suecos fue una paliza sónica sin precedentes que atronó hasta en Menorca y provocó un tsunami que ahogó Cabrera, aplastaron cabezas sin la más mínima piedad repartiendo temarrales de esos que definen géneros como Gore Apocalypse, la acojonante Ripe Cadavers, Perdition o Revelation Nausea dando un repaso a toda su brillante discografía. Las melenas, suyas y nuestras, que ojo pelazo gastan los suecos y con qué estilo lo mueven, solo Joan Rigo de Devouring les pudo hacer algo de competencia ahí, revolotearon incesantes antes de que el vacilón inicio de bajo que abre Regorge In The Morgue serrase nuestras almas. No interactuaban mucho, no es su rollo, no vinieron desde el culo de Europa a Palma para decirte un puto 'thank you' ellos solo te parten la cara, te destrozan las cervicales y se hacen un tapete de ganchillo con tu intestino delgado para ponerlo encima de la tele, nada más. Es de esas bandas que incluso les pides que no hablen entre tema y tema, que se dediquen a dar zapatilla y cuanta más, mejor. Masacre continua de temas como Madness Prevails, Rotting Hill (mucho protagonismo para el seminal Blood Rapture) o Serpents dieron paso a que Primal Massacre (valga la redundancia) y Terrorize Sodomize Brutalize, que hace honor a su nombre, nos volasen la puta cabeza antes de los bises. Tres clasicazos de la banda como Flesh Passion, Raped In Their Own Blood y, por supuestísimo, Chaos Fury, acabaron con lo poco que quedaba de nuestros tímpanos mediante una maquinaria riffera jodidamente poderosa, una bola de sonido imparable y una voz que te atravesaba el body por todos sus orificios. Conciertazo extraordinario de esta peña.
Vomitory sonaron como demonios, igual algo bola en la parte de delante pero da igual, la peña se dejó las cervicales, la espalda y algunos el hígado (vaya lunes he pasao, colega, no soy capaz de coger un lápiz) y disfrutamos cual gorrinos de la visita de una de las bandas más grandes que ha dado el Death Metal en toda su historia, bien escudados por dos conjuntos como Devouring e Hyban Draco que se dejaron la piel. No todos los días puedes tener bandas así en Mallorca y aún así no somos capaces de valorar lo suficiente el trabajo de Deathlight Music, siempre lo digo y no es para hacerles la pelota, no tengo ninguna necesidad para ello, pero es que merecen todo el reconocimiento aunque no siempre puedan traer "lo que te gusta", porque ellos son el Metal en Mallorca y alguien tiene que decirlo. Fue una velada brutal, como otras tantas que nos han proporcionado, y ahora me voy a tomar un ibuprofeno o algo para estos dolores... ay...
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