
El disco, la verdad, atruena por los cuatro costados. No os voy a mentir, al ver a la banda recibir tanto bombo dos meses antes de sacar el trabajo me dio mal rollo, pero oye, les ha salido bien la jugada porque ya todo metalero mallorquín que conoce mínimamente la escena ha escuchado el disco y conoce a Aeolian, así que bien hecho. Y, quitando esas cosas que al final me interesan lo justo, el disco contiene doce trallazos en los que la banda se desquita compositivamente, sacando cosas que seguramente llevaban años buscando su sitio, y en los que hay tiempo para buenas melodías, blast beats, atmósferas épicas... todo lo que uno espera desde el momento en que sabe el estilo que practica la banda mallorquina.
Adentrándonos en el disco ya nos recibe a toda hostia Immensity, que nos abre el álbum y la cabeza a martillazos antes de que el afilado grito de Dani Pérez desate toda la furia de la banda. Con ese comienzo hay poco que discutirles. Le siguen The End Of Ice, que se muestra épica y contundente sobre todo gracias a la labor de los guitarristas que tanto en los riffs como en las melodías lucen un buen gusto y unas ideas muy interesantes, Chimera, oscurota, potente, Death Metal puesto al día, y My Stripes In Sadness gruesa y muy intensa, que dejan paso a dos de los cortes estrella del disco, presentados en su momento como adelantos, la épica Return Of The Wolf King, que ataca con todo tras su delicada intro acústica, y la estratosférica Going To Extinction, que come aparte del resto. Lo cierto es que escuchando el disco, con unas composiciones tan sólidas, una producción tan limpia y las ideas tan claras no tiene pinta de tratarse de un debut, pero sí que se nota es que los músicos que componen Aeolian tienen el culo pelado y están curtidos en mil batallas, eso se aprecia en cada acorde que compone el disco y se transmite desde la seriedad y honestidad de la propuesta de la banda.

Hacía tiempo que no me lo gozaba tanto de hacer una reseña. Hay discos que te entran a la primera, colega, de esos que dices "esto es algo gordo, tron", y The Silent Witness de Aeolian es de esos. Un grupo de músicos curtidos de la isla con ganas de sacar un material claro, duro y honesto desde la pasión por el estilo musical que practican. Se nota en cada segundo del disco, que igual no inventa la rueda ni falta que le hace. Suena fresco, suena directo y atruena por todos lados, los temas siguen un nivel alrededor del notable, con algún sobresaliente y el conjunto plasma uno de los mejores debuts que podremos escuchar este año. No me cabe duda de que estamos ante un auténtico discazo.
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