
Y una vez entramos en faena, tras pasar la jocosa portada en la que le enseñan el dedo a vete a saber quién desde una nave espacial digna de una película futurista de los años ochenta, nos encontramos una colección de temas que son los que te salen en los diccionarios cuando buscas Thrash Metal (echad un ojo a la RAE si no me creéis). La inquietante intro y el futurista sintetizador que nos saludan dejan paso al salvaje riff del tema título, Psychowarriors Of Jupiter, que abre el disco con furia y velocidad. El tema funciona, las guitarras atruenan y las señas de identidad de la banda, que pretenden desmarcarles de la etiqueta de "solo copian a los que ya había" quedan presentes en este primer golpe. El disco sigue avanzando con dos temas frenéticos como la apocalíptica, valga la redundancia, Apocalypse Lord y D-Beat From Planet Insektia, vacilona y guitarrera como pocas, antes de llegar al adelanto Spaceborne Barracuda, un tema con fuerte aroma a los primeros Anthrax en cada verso hasta llegar a un épico estribillo para romper, por un momento, los lazos con la banda de Scott Ian. Wristbusters! no se anda con chiquitas, mítico tema que te deja la espalda en carne viva en poco más de tres agresivos minutos, algo así como la siguiente Wasped For Luv 2nite, que se presenta algo más dinámica y bailona que la anterior, antes de ese inconfundible guiño a White Zombie que es Battlezone #666. Die In Thousand Pains y Tetrakarburator se manifiestan como dos cortes de furioso Thrash Metal que siguen la línea del resto del disco, luciendo a un buen nivel en todo momento, antes de despedir el disco con March Of The Robocockroaches, tema con clara referencia a March Of The Poozers de Devin Townsend, imagino.
En definitiva, otro disco que viene a confirmar el buen momento del Thrash en este país. Igual hemos llegado treinta años tarde, pero ahora mismo tenemos una ingente cantidad de bandas de primer nivel del género, cuyos nombres que no voy a mencionar otra vez. Harmpit se suman a la fiesta metiéndole, a la velocidad, los aires macarras y le ferocidad habituales del género, aires futuristas a lo Fear Factory o Rob Zombie, sin entrar a sonar industriales, pero sí con esas temáticas alocadas y apocalípticas de futuros poco halagüeños. El disco tiene lo que necesitas cuando buscas un disco de Thrash, es furioso, es agresivo y tiene aires clásicos del género, a los que les mete su punto personal y su toque diferente con esa temática bien ambientada en todo momento. No es mal arranque de año para un género que está más vivo que nunca en nuestro país, desde luego. Ahora nos falta saber si Anaxagoras Trout y Massdestrüktor Pearly armarán una banda y llevarán este proyecto a los escenarios, pero desde luego molaría que sí.
Comentarios
Publicar un comentario