Minireseñas: Havok - Eclipse - Striker - Warbringer

En un momento en que la escena nacional y underground protagoniza el blog, he decidido salirme un poco y volver a traer reseñas de bandas internacionales, pues vivimos un tiempo en que no paran de salir discos jugosos y siempre apetece comentarlos, por lo que buscaré huecos para traer posts como este, en el que comento, de forma breve, cuatro discos recientes. En este caso La Poza os trae unas breves reseñas de cuatro bandas jóvenes que practican estilos clásicos y que siguen luchando por heredar el estandarte de dichos géneros.


Eclipse - Momentum. Los suecos Eclipse son una apuesta segura en el Hard Rock actual. Desde que irrumpieron en la riquísima escena "revival" salida de Suecia, los de Erik Martensson no han parado de crecer, cada vez están más asentados y se muestran más maduros. Su evolución musical, disco a disco, no es que sea muy pronunciada, pues ellos siguen tirando de recursos habituales del género tales como buenas guitarras, estribillos coreables y sencillos, buen gusto por las melodías... siempre con su sonido comercialete y accesible, pero que suele resultar bastante efectivo. A partir de esa premisa, el éxito de un disco u otro de Eclipse se basará en el grado de inspiración en el que se encuentren y, de momento, eso no les ha fallado. Siguen sonando frescos y directos, con temas más destacables como los singles Vertigo, No Way Back o Never Look Back aunque también, como ya encontramos en su anterior Armageddonize, algunos que repiten demasiados recursos y caen en el cliché fácil para llenar minutos en el CD como The Downfall of Eden o Born To Lead. Posiblemente el sexto disco de Eclipse ya no depare demasiadas sorpresas y tampoco va a cambiar ni tu vida, ni la mia ni la del propio Erik Martensson, pero sí servirá para disfrutar de un buen rato de Hard Rock melódico de nueva generación, volver a poner a esta notable banda sueca de nuevo en el panorama internacional y reafirmar que ya dejaron de ser una promesa hace tiempo y que son toda una realidad. No inventan la rueda ni cambian demasiado, pero es que a ellos no pienso pedírselo, ya que lo que hacen lo hacen bien y los seguidores de los sonidos clásicos lo agradecerán más así.



Havok - Conformicide. Un aire de decepción colectiva sobrevuela este cuarto trabajo de Havok, una de las bandas más prometedoras del revival que ha vivido el Thrash en los últimos años. No es de extrañar, su Time Is Up (2011) les puso en el panorama internacional con el que me parece uno de los discos más brillantes de esta hornada de bandas que han devuelto a la vida a un género que parecía muerto. El caso es que, en este nuevo disco y tras un Unnatural Selection que ya bajaba el nivel respecto a los anteriores, Havok se han lanzado a la experimentación progresiva en Conformicide, siguiendo un poco los pasos de Vektor que, antes de que la banda quedara prácticamente disuelta (se fueron tres de sus cuatro miembros), triunfaron con un discazo como fue Terminal Redux. los de David Sanchez han querido tirar por ahí pero, de momento, con un resultado mucho menos satisfactorio. Y bueno, tampoco es que Conformicide sea una bazofia de disco... pero sí que se pasa de minutaje y los pasajes experimentales insulsos copan demasiado tiempo, como es el caso de Dogmaniacal, un buen tema, pero al que su intro lastra completamente. Luego están Ingsoc, que se alarga hasta casi los ocho minutos sin aportar nada al conjunto, o Masterplan, directamente innecesaria. Pero en fin, los tipos son buenos en lo suyo y logran crear algunos momentos interesantes y, sobre todo, el trabajo luce por todo lo alto las virtudes de Nick Schendzielos al bajo, mostrando un gran nivel en su primer trabajo discográfico con la banda. Temas como la inicial F. P. C., Intention To Deceive, Claiming Certainty, que intenta remontar el disco tras un bajón importante mostrando a unos Havok más cafres aunque algo descafeinados, o la final Slaughtered, que se muestra pesada y efectiva, mantienen un nivel digno para guardar ciertas esperanzas en la banda de Denver, pero no logran salvar el disco. De todos modos, valoro este Conformicide como un disco de transición en el que la banda, cansada del Thrash 'abc' (algo que se podía apreciar en el anterior trabajo) se ha lanzado a explorar nuevos sonidos y no les culpo por ello, pero no les ha salido del todo efectiva la jugada en el primer intento. Aún con todo, mantengo mi fe en ellos... siempre y cuando logren mejorar y pulir lo ofrecido aquí de cara a próximas obras.



Striker - Striker. Nuevo trabajo de los canadienses Striker apenas un año después de deslumbrar a más de uno con ese sólido Stand in the Fire, elegido por un servidor entre los mejores discos de 2016. La verdad es que estos tipos no se andan con miramientos, ellos van a su bola, "si estamos inspirados, ¿Por qué no aprovecharlo y seguir sacando material?". Y bueno, habría preferido que dejaran reposar un poco más el anterior disco, pero no negaré que el anuncio de la salida de este disco homónimo me llamó la atención por su inmediatez. Claro que... la sensación, viendo la sencillona portada, título homónimo y demás es de que la frescura, sorpresa e inspiración del disco del año pasado no están a la misma altura y este queda como el hermano pequeño del estudiante brillante. Aún así, tenemos algo más de media hora de Heavy Metal guitarrero y macarra, de corte clásico y marca de la casa Striker, sin espacio para el relleno y sin dejar de lado la esencia ochentera que emana este grupo de chavales canadienses. En temas como la inicial Former Glory o, sobre todo, en la macarra Born To Lose (mi favorita del disco), la banda sigue mostrando ese descaro digno del que quiere ocupar el trono del Heavy Metal en el futuro, con unos estribillos destinados a triunfar en directo y unos juegos de guitarras que enamoran desde el principio. También muestran breves ramalazos de Thrash en temas como Pass Me By, en la que adoptan un sonido más duro que de costumbre y es algo que se aprecia en varios momentos del disco, donde tiran más de guitarras rápidas y afiladas que melodías. Aunque estas últimas tienen su protagonismo en cortes como Shadows in the Light. La inmediatez, con la amplia oferta musical que tenemos hoy en día, no estoy seguro de que sea buena amiga, pero aún así Striker han logrado volver a presentar un disco fresco y directo, que se suma a su joven y brillante carrera. No varía mucho respecto al anterior, pero cumple de sobras con lo que les pido a los canadienses, predominando el Speed Metal junto con ramalazos más melódicos y algunos más afilados, por lo que hay un poco de todo en este cóctel moderno con aroma ochentero de media hora. Los amantes de los sonidos clásicos que no los piloten, están tardando en lanzarse a descubrir a Striker.



Warbringer - Woe To The Vanquished. Unos que no abandonan el barco del Thrash (ni falta que hace), son los californianos Warbringer que en este, su quinto disco, siguen tan cafres como siempre, entregando una fuerte dosis de Thrash speedico y afilado, de esos que hacen que las cuerdas echen humo. Liderados por la potente voz de John Kevill, la banda presenta ocho temas compuestos por una aleación de ritmos avasalladores y guitarras afiladas, sin contemplaciones, que van directos a la yugular. Warbringer nos vuelan el cabezón con temas de puro corte clásico como Shellfire, Remain Violent o Descending Blade y también juegan con el Groove en otros cortes más pesados como el tema título o Spectral Asylum, aunque en ese punto no me cunden tanto. También hay tiempo para la experimentación, pues en el corte final, When The Guns Fell Silent, se cascan once minutos que contienen absolutamente de todo en un despliegue de recursos nunca visto en Warbringer y que pone la guinda a otro discazo de un género que está viviendo unos años bastante buenos en cuanto a material, tanto de bandas jóvenes como añejas. Aplaudo cuando una banda intenta arañar los límites de un género tan hermético como el Thrash, como hicieron el año pasado Trallery, Mutant o Vektor, pero tampoco negaré que me encantan las bandas que siguen por los caminos cafres y afilados como Warbringer, que no inventan la rueda, pero ruedan de puta madre. Encima nos aportan sorpresas como ese mencionado tema final, así que... ¿Qué más les puedo pedir? Ahora me queda disfrutar de su directo en el Resurrection Fest y, amigos, les tengo unas ganas brutales.



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