
Desde la salida del anterior disco, Eveth se han dedicado a trabajar sin cesar, tocando dónde y cuando podían, ganándose un nombre muy querido y respetado en la escena mallorquina y tratando de asomar la cabeza en la escena nacional cada vez que podían, conscientes de las complicaciones que lleva salir de las islas a tocar en la península. Con la salida de Entelequia y de la mano de Rock Estatal, esperan que este disco suponga la consagración de la banda a nivel nacional y situarlos donde merecen estar. Para lograrlo han dado un fuerte golpe sobre la mesa con un disco muy elaborado y que, sin duda, es el más ambicioso que han sacado hasta el momento. Para la grabación y mezcla de Entelequia, han contado con el GRAN M. A. Riutort (Mega) en sus Psychosomatic Studios de Inca (Mallorca). La masterización corrió a cargo de Hay Zeelen en los estudios Hay Zeeleng Mastering de Santanyí (Mallorca también), logrando que el disco suene como un cañón. El artwork, que también es una pasada, es obra de Adolfo WarBanner.
Y entramos en materia. Tras la intro que lleva el título del disco y en la que el protagonismo recae sobre Dito Villar, el sexto miembro de la banda, tenemos diez cortes de Heavy/Power Metal directo sin apenas concesiones, con un buen juego de guitarras, bien acompañadas la brutal pegada de Leo y con David Dalmau al frente que, con su personal voz, recita unas letras muy bien elaboradas. La cosa arranca con Conjura de Villano, un tema muy épico que cuenta, de buenas a primeras, con uno de los mejores estribillos de la obra y con David Sapometal luciendo su saber hacer a las guitarras (ojo al solo). Le sigue Torre de Babel, un corte algo más melódico y muy pegadizo, que ya sabemos que funciona en directo, pues fue uno de los temas que nos adelantaron en sus conciertos en la mitad final del año pasado. Mi Momento Existe, un muy buen tema que contiene una gran declaración de intenciones en su letra y Eclíptica Pasión, más hard rockero y con una buena intro basada en la pegada de Leo en la batería, dejan paso a La Huida, una suave balada que reconozco no me acaba de enganchar, pues la veo algo típica y, como sé que pueden hacerlo mejor, me sabe a poco.
Tras el pequeño respiro que nos dan con la balada, la caña burra vuelve con Lilith, un tema que se muestra agresivo desde el primer riff y en el que se aprecia un David que tira de un registro algo más oscuro y cabreado, bien conducidos en todo momento por la sección rítmica. Lo que comentaba de las letras vuelve a destacar en La Esfera del Miedo y tengo mis motivos para ello, os animo a escucharla detenidamente y ahí os daréis cuenta de a qué me refiero. Mar Blanco, otro corte pegadizo y potente, aunque de estribillo melódico, deja paso al final del disco, que nos llega con dos de mis temas favoritos como son Dios de Kemet, que tras la intro de violín de Dito Villar muestra un tema potentísimo y con otro estribillo muy bien elaborado y Por Siempre, que es un poco a lo que me refería al comentar La Huída, una soberbia balada, muy bien interpretada por todos (con especial mención a la interpretación vocal de David) y que coge fuerza para acabar el disco por todo lo alto.
Heavy/Power directo, de elaboración milimétrica y con buen gusto por las melodías es la premisa de Eveth, que no intentan copiar a nadie ni sonar a nadie que no sean ellos mismos. Se nota, pueden aparecer influencias en ciertos momentos, pero en ningún momento deja de sonar a Eveth, que tienen muy clara cuál es la esencia de la banda y la han plasmado perfectamente en el disco. Mis paisanos han dado un paso muy firme adelante para ganarse un merecido nombre en la escena nacional mediante un disco en el que avanzan y solidifican el camino tomado en el Legado de los Sueños, mejorando la propuesta que mostraron hace cuatro años. En definitiva, estamos ante el disco más ambicioso de la carrera de esta banda y, por ello, han entregado una obra meticulosamente trabajada y dando lo mejor de sí mismos que debe ser la que, por fin, ponga el nombre de Eveth donde se merece.
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