Crónica: Rock Fest Barcelona (16 de julio)

Día grande el que se venía sobre Can Zam, pues era el único día del festival en el que había un cabeza de cartel oficial y real. Ese era, nada más y nada menos que Iron Maiden. Hubo gente que desde el mediodía estuvo agarrada a la valla esperando a Dickinson y los suyos, que para mi también eran objetivo aunque no de forma tan exclusiva, pues había algún que otro concierto realmente potente durante el día.

Así, llegamos pronto a Can Zam y nos posicionamos bien para gozar el enérgico directo de los fineses Battle Beast, que repetían presencia en el Rock Fest a petición popular tras su enorme éxito del año pasado. Y es que esta gente lo tiene todo, actitud, energía, hambre... liderados por el portento vocal de Noora Louhimo, una auténtica fiera sobre las tablas que no para quieta, anima mucho a la gente y tiene una voz que da hasta miedo, abrieron con Let it Roar y basaron casi todo su repertorio en los dos últimos trabajos de la banda, principalmente en el segundo, que ocupó más de medio setlist, dejando para Unholy Savior los temas I Want The World... y Touch in the Night, que la presentaron como "es la hora de bailar" y que... llamadme amargao... pero sigue sin gustarme. De todas formas, entre el cañerote setlist de Battle Beast no molesta y temas como Iron Hand, Black Ninja, Into the Heart of Danger, la enorme Enter the Metal World y la final Out of Control, cunden de sobra para confeccionar un setlist potentorro que hizo saltar incluso a los que estaban ahí esperando a Iron Maiden y los fineses volvieron a triunfar en Can Zam, retirándose del escenario entre gritos de "Battle Beast! Battle Beast!".

Un ratito a buscar refugio en las sombras, pues el rock callejero de Leize no me gusta en absoluto, y a esperar a una banda que me atraía bastante como eran los Armored Saint del gran John Bush, un tipo que cuenta con una voz enorme, bastante carisma... y al que prefiero en Armored Saint antes que en Anthrax. Abrieron su primera visita a España con el tema título de su disco más reciente, el correctísimo Win Hands Down y entre su buen hacer en las tablas y los curiosos movimientos del único Bush que me cae bien, se lograron ganar al público barcelonés, sobre todo con los temas del Symbol of Salvation, su disco más laureado. Siguieron con March of the Saint, de su primer trabajo y Tribal Dance, bastante celebrada, como he comentado. Veteranía, saber estar, energía y un sonido cojonudo, Armored Saint dieron lo que supieron y lo hicieron realmente bien. Y, finalmente, con la enorme Reign of Fire (la más celebrada, por supuesto), Can U Deliver y Mad House cerraron un show notable. Todo un gustazo y de agradecer al Rock Fest que traigan bandas como ellos, Impelliteri o el año pasado Loudness, bandas enormes que son complicadotas de ver en nuestro país. A continuación era hora de hacer un ejercicio de nostalgia, pues tocaba ver al dúo que parió los míticos Keepers of the Seven Keys de Helloween juntos sobre las tablas. Y sí, ese es el principal atractivo de Unisonic tras dos correctos discos que no son malos, pero tampoco es que sean obras brillantes más allá de algunos temas concretos (que son los que suelen tocar). Abrieron potentes con For the Kingdom y Exceptional de su último trabajo y pudimos comprobar que la garganta de Kiske sigue siendo... pues eso... EXCEEEEPTIONAAAAL. Perdón. De todas formas, el momento estrella fue cuando cayeron los míticos himnos de Helloween March of Time y I Want Out, coreados incluso por los que esperaban a Overkill en el otro escenario antes de cerrar con Unisonic, un tema sencillón pero claramente coreable, un show muy interesante de los alemanes.

Sin tiempo para respirar, era hora del Thrash old school con los enormes Overkill, banda a la que nunca había podido ver y fue todo un gustazo. Enérgicos, cañeros y desbordando carisma, Bobby Blitz y los suyos repartieron cera de lo lindo desde que abrieron con la enorme Armorist y ya encendieron algún que otro mosh pit, aunque algo timidillo, pues no estaban frente a su público, sino el de Maiden que ya esperaba frente al escenario. Aún así no se amilanaron y se dejaron la piel, animando a la peña a base de imprescindibles como Rotten to the Core, Electric Rattlesnake, Hammerhead o Feel The Fire. También lograron superar algunos problemas de sonido, que no entorpecieron el buen hacer de los de New Jersey, que cerraron el show por todo lo alto con Elimination y sacando el dedo corazón con la mítica Fuck You. Y antes de que salieran las estrellas de la tarde/noche, era turno de un concierto que personalmente me dolió. Me refiero al de Barón Rojo, banda a la que le guardo un cariño enorme y que vi como están masacrando su propia leyenda a base de actuaciones como la del Rock Fest, en la que el lamentable estado vocal de Carlos de Castro, sumado a una actitud sosa por parte de la banda, hicieron que los barones dieran uno de los shows más olvidables de esta edición del festival catalán. Posiblemente se evitarían bochornos como este con la inclusión de un nuevo vocalista, total... más abajo no pueden ir. Espero que tras la avalancha de críticas que les han llovido, los hermanos De Castro reflexionen y reconduzcan de una forma correcta la trayectoria de una de las bandas más grandes de la historia del Heavy Rock nacional antes de hundir definitivamente su leyenda.

Y tras esta hostia a una banda a la que quiero un montón, era el turno de las estrellas del festival. Iron Maiden hacían su aparición a eso de las 21:05, cuando sonó la mítica Doctor Doctor de UFO y movió los primeros saltos entre el público, a continuación, empezó a sonar la intro de If Eternity Should Fail con Dickinson apareciendo en la parte trasera del escenario, asomandose tras un cáliz humeante mientras desgranaba los primeros versos del tema. Cuando salieron el resto, Can Zam explotó y se vino arriba, con una euforia que siguió con Speed of Light y se relajó en Children of the Damned y, sobre todo, en Tears of A Clown, que en estudio ya me flojea y en el setlist directamente me sobra. Pero bueno, el homenaje a Robin Williams está ahí. The Red and the Black recuperó algo de vitalidad entre la gente, sobre todo con la ayuda de los coros y la euforia volvió definitivamente con The Trooper, con la gente coreando cada segundo del riff y dejándose la voz, y Powerslave que Dickinson interpretó con una máscara a lo Rey Mysterio. Death or Glory, con Bruce portantdo una máscara de mono "climb like a monkey..." e imitando los movimientos de dicho animal, fue una de las canciones de The Book of Souls que mejor mantuvo el tipo en directo, al igual que el tema título en el que recuperarían las míticas batallas con el Eddie gigante, enfrentándose este a Jannick Gers y luego a Bruce, que le acabaría arrancando el corazón antes de lanzárselo al público. Desde luego, show dan los cabrones. Y hasta aquí la presentación del nuevo disco, ahora quedaba una metralleta de clásicos, que arrancarían con la inmortal Hallowed Be Thy Name, tema que muchos echamos de menos en su gira de Maiden England y seguiría con Fear of the Dark, que desató la locura total y Iron Maiden, tema que habrán tocado 50.000 veces y ahí sigue, intocable en el setlist. Tras ello quedarían los bises, que abrirían con la siempre efectiva The Number of the Beast, Blood Brothers, que sacó alguna que otra lagrimilla y cerraría con Wasted Years que no la consideraría la más adecuada para terminar un show de la doncella, pero para mi está de puta madre, pues es un auténtico temazo.

Y nuestra idea era cerrar el día ahí, pero no... vimos empezar a Loudness, enormes como el año pasado, vimos cerrar a Rata Blanca, que pese a no ser muy seguidor de la banda argentina me hacía bastante ilusión escuchar La Leyenda del Hada y el Mago en directo y ver a un fenómeno como Walter Giardino a las seis cuerdas, y vimos el show de la reina del Heavy Metal, Doro. Que, al igual que hace un mes y medio en Palma, dio un show muy enérgico y alegre, ideal para ir cerrando el día a base de temas de Warlock, como Earthshaker Rock, I Rule the Ruins, Burning the Witches o el baladón Für Immer, algún tema propio como Raise Your Fist, Revenge o el himno del Wacken We Are the Metalheads antes de cerrar con el mítico All We Are un show muy entretenido, con una Doro muy activa e interactuando mucho con su gente además de ir bien acompañada de unos grandes músicos que se volvieron a dejar la piel sobre el escenario. La verdad es que me daba pereza quedarme hasta las tantas a verla teniendo en cuenta que no pasaron dos meses desde su visita a Palma, pero da igual. Al final lo disfruté bastante, pues Doro y los suyos volvieron a cumplir.

Y no, no cerramos el día aquí, pues estaba a un calimocho de quedarme a ver a los catalanes '77, que desplegaban su potente y divertido Hard Rock en la carpa del festival... y al final nos calentamos y nos quedamos. La verdad es que me gustaron muchísimo pese a que es cierto que les falta conseguir un sonido personal, ya que suenan demasiado a AC/DC. Aún así, temas como High Decibels, It's Alright o Nothing's Gonna Stop Us nos arrancaron algún que otro bailoteo y nos divertimos mucho con estos chicos, que sonaron guay y mostraron una actitud rockera/setentera enorme. Buena forma de terminar un intenso día de conciertos en el que Iron Maiden reinaron como ellos saben y Overkill y Battle Beast lo volvieron a petar.

Comentarios

  1. Al principio me pareció raro que Iron Maiden cerrase con Wasted Years pero cuando los vi en Sevilla quedo muy bien.

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