Se avecina momento histórico, chavales. Esto va a sorprender... ¡¡Me ha gustado un disco de Megadeth!! Sorpresa no... lo siguiente, colega. Pocas esperanzas tenía puestas en Dave Mustaine (por no decir ninguna) pero también es cierto que esperaba mucho más del nuevo de Anthrax y... bueno. Igual no valgo para vidente, debí darme cuenta cuando nunca hice más de 10 aciertos en las quinielas... qué le vamos a hacer.
Pero sí, Mustaine, arropado por dos fichajazos como Kiko Loureiro de Angra y Chris Adler de Lamb of God, ha vuelto. Joder, ¡Si hasta ha recuperado la voz! Bueno, en verdad no, pero sí ha sido capaz de amoldar la voz que le queda para adecuarla bien al sonido del disco, que ya es algo. Tras dos fiascos tamaño crucero como Th1rt3en y el abominable Super Collider, el pelirrojo ha dado un golpe sobre la mesa y ha parido un disco dignísimo. Él ya lo iba soltando y, tan confiado andaba, que puso el disco disponible para pre-order incluso meses antes de sacar un single. Pero claro, tras ese lamentable disco de 2013, cualquiera se fíaba...
Ya la cosa mola desde la portada, a la que vuelve Vic Rattlehead tras escabullirse del Collider, yo creo que se fue diciendo "yo no quiero tener nada que ver con esta basura de disco". Y vuelve en modo Terminator en un ambiente futurista y algo apocalíptico (como le mola eso al bueno de Dave). La portada mola y los adelantos también, sí. The Threat Is Real dió esperanzas hasta a los más desconfiados. Precisamente The Threat Is Real es el pepinazo que abre el disco con un riff que hace que las cuerdas de la guitarra echen humo para el lucimiento total de Mustaine y de Loureiro, gran culpable del renacimiento de Megadeth. Un tema potente, bien cargado y que abre por todo lo alto este Dystopia. De primeras esto suena ambicioso, como con ganas de recuperar el respeto perdido y por lo que veo, lo ha conseguido con mucha gente. Sigue el tema título, Dystopia, el hijo bastardo de Hangar 18, que abre con unos punteos amenazadores para desembocar en otro momento de lucimiento guitarrero. Sigue en un ritmo acelerado y avanzando de forma constante y sólida dejando un buen tema. Fatal Illusion sirve para lucimiento de la sección rítmica, tanto Ellefson como Adler tienen aquí una de sus aportaciones más destacables a lo largo del disco. En estos tres temas es posible que tengamos lo mejor del disco, a partir de aquí la cosa se muevo en algún altibajo, pero sin decaer en exceso, manteniendo un nivel notable. Seguimos avanzando con Death From Within es un tema pesado, con guitarras potentes, un ritmo trepidante y un estribillo que me recuerda a alguna composición anterior de la banda, pero que encaja a la perfección en otro buen tema. Bullet to the Brain, típico tema de los discos de thrash que empieza acústica y luego sorprende convirtiéndose en un tema potente, que en este caso destaca por el juego de guitarras entre Loureiro y Mustaine, nos deja frente a Post American World, que baja el ritmo, envolviendo el tema en un aura oscura y desoladora y que a mi me deja realmente frío, no le acabo de pillar el punto.
Conquistada la mitad del disco y la sorpresa está ahí. Megadeth suenan hambrientos, con más o menos acierto en sus composiciones, pero mostrando hambre y dejando atrás esa apatía total que transmitían sus recientes obras. Nueva intro acústica para el momento experimental de Dystopia, Poisonous Shadows es un tema curioso, que va avanzando poco a poco y que incluye arreglos orquestales y coros femeninos, además de la aportación de Loureiro a los teclados. Lo dicho, un tema curioso, pero que tampoco me llama mucho la atención. Tras Conquer or Die, una buena instrumental juguetona, se acaban las tonterías con la potente Lying in State, tema veloz, potente, thrasher total revientapelotas para levantar el disco que, sin bajar demasiado el nivel, se estaba yendo un poco por las ramas. Temazo que deja paso a The Emperor, algo más melódica pero contundente y con un (otro) gran solo de guitarra siendo el tema que debería cerrar la obra, ya que la final Foreign Policy, cover del tema de Fear, me sobra por completo y me deja mal sabor de boca para terminar lo que ha sido un notable disco.
Total, MegaDave sigue vivo, había tocado fondo pero se ha recuperado cuando ya lo dábamos por muerto y se agradece pues el nombre de Megadeth no es un nombre que deba arrastrarse así como así. Está claro que los fichajes de Adler y sobre todo de Loureiro, con el que Mustaine ha declarado por activa y por pasiva que se entiende de lujo, han aportado lo suyo para que la banda remonte. Me llegas a decir hace medio año que Slayer y Megadeth iban a sacar dos pepinazos y que Annihilator y Antrax iban a decepcionar a la peña y me descojono en tu cara, pero así es la vida. Sea como sea, de parte de tu 'hater', buen trabajo, Mustaine. (8/10)
Pero sí, Mustaine, arropado por dos fichajazos como Kiko Loureiro de Angra y Chris Adler de Lamb of God, ha vuelto. Joder, ¡Si hasta ha recuperado la voz! Bueno, en verdad no, pero sí ha sido capaz de amoldar la voz que le queda para adecuarla bien al sonido del disco, que ya es algo. Tras dos fiascos tamaño crucero como Th1rt3en y el abominable Super Collider, el pelirrojo ha dado un golpe sobre la mesa y ha parido un disco dignísimo. Él ya lo iba soltando y, tan confiado andaba, que puso el disco disponible para pre-order incluso meses antes de sacar un single. Pero claro, tras ese lamentable disco de 2013, cualquiera se fíaba...
Ya la cosa mola desde la portada, a la que vuelve Vic Rattlehead tras escabullirse del Collider, yo creo que se fue diciendo "yo no quiero tener nada que ver con esta basura de disco". Y vuelve en modo Terminator en un ambiente futurista y algo apocalíptico (como le mola eso al bueno de Dave). La portada mola y los adelantos también, sí. The Threat Is Real dió esperanzas hasta a los más desconfiados. Precisamente The Threat Is Real es el pepinazo que abre el disco con un riff que hace que las cuerdas de la guitarra echen humo para el lucimiento total de Mustaine y de Loureiro, gran culpable del renacimiento de Megadeth. Un tema potente, bien cargado y que abre por todo lo alto este Dystopia. De primeras esto suena ambicioso, como con ganas de recuperar el respeto perdido y por lo que veo, lo ha conseguido con mucha gente. Sigue el tema título, Dystopia, el hijo bastardo de Hangar 18, que abre con unos punteos amenazadores para desembocar en otro momento de lucimiento guitarrero. Sigue en un ritmo acelerado y avanzando de forma constante y sólida dejando un buen tema. Fatal Illusion sirve para lucimiento de la sección rítmica, tanto Ellefson como Adler tienen aquí una de sus aportaciones más destacables a lo largo del disco. En estos tres temas es posible que tengamos lo mejor del disco, a partir de aquí la cosa se muevo en algún altibajo, pero sin decaer en exceso, manteniendo un nivel notable. Seguimos avanzando con Death From Within es un tema pesado, con guitarras potentes, un ritmo trepidante y un estribillo que me recuerda a alguna composición anterior de la banda, pero que encaja a la perfección en otro buen tema. Bullet to the Brain, típico tema de los discos de thrash que empieza acústica y luego sorprende convirtiéndose en un tema potente, que en este caso destaca por el juego de guitarras entre Loureiro y Mustaine, nos deja frente a Post American World, que baja el ritmo, envolviendo el tema en un aura oscura y desoladora y que a mi me deja realmente frío, no le acabo de pillar el punto.
Conquistada la mitad del disco y la sorpresa está ahí. Megadeth suenan hambrientos, con más o menos acierto en sus composiciones, pero mostrando hambre y dejando atrás esa apatía total que transmitían sus recientes obras. Nueva intro acústica para el momento experimental de Dystopia, Poisonous Shadows es un tema curioso, que va avanzando poco a poco y que incluye arreglos orquestales y coros femeninos, además de la aportación de Loureiro a los teclados. Lo dicho, un tema curioso, pero que tampoco me llama mucho la atención. Tras Conquer or Die, una buena instrumental juguetona, se acaban las tonterías con la potente Lying in State, tema veloz, potente, thrasher total revientapelotas para levantar el disco que, sin bajar demasiado el nivel, se estaba yendo un poco por las ramas. Temazo que deja paso a The Emperor, algo más melódica pero contundente y con un (otro) gran solo de guitarra siendo el tema que debería cerrar la obra, ya que la final Foreign Policy, cover del tema de Fear, me sobra por completo y me deja mal sabor de boca para terminar lo que ha sido un notable disco.
Total, MegaDave sigue vivo, había tocado fondo pero se ha recuperado cuando ya lo dábamos por muerto y se agradece pues el nombre de Megadeth no es un nombre que deba arrastrarse así como así. Está claro que los fichajes de Adler y sobre todo de Loureiro, con el que Mustaine ha declarado por activa y por pasiva que se entiende de lujo, han aportado lo suyo para que la banda remonte. Me llegas a decir hace medio año que Slayer y Megadeth iban a sacar dos pepinazos y que Annihilator y Antrax iban a decepcionar a la peña y me descojono en tu cara, pero así es la vida. Sea como sea, de parte de tu 'hater', buen trabajo, Mustaine. (8/10)
El mejor disco de Megadeth en muchísimos años sin duda. lml
ResponderEliminarQue buena crítica y sin tener que mencionar pollas en la habitación de nadie...
ResponderEliminarYa ves, este tío sí que habla fino en todos los posts.
EliminarSiempre. Elegancia y finura es lo que define este blog.
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