Los alemanes Kadavar son una de esas tropecientas bandas que han surgido recientemente con un sonido, imagen y esencia totalmente digna de los años setenta. Así como Orchid, Blues Pills, Crobot o los suecos Black Trip (cuyo segundo disco sale prontito y le tengo ganas) entre otros, estas bandas han dado un soplo de aire fresco a la escena actual rescatando el sonido de aquella época y dándole su toque personal, en algunos casos más escondido que en otros.
Así, estos tres alemanes han conseguido crear su propia máquina del tiempo musical y llevarnos a "aquellos maravillosos setenta" con sus dos primeros albumes, Kadavar y Abra Kadavar. Pensábamos que el tercero se iba a llamar "pata de Kadavar" para así seguir el rollo, pero no. Se llama Berlin, como su ciudad natal, vaya por dios... después de comproner el Abra Kadavar en tan solo 10 días, esta vez quisieron tomarse su tiempo para así buscar un sonido más maduro y unas letras algo más elaboradas. Y este es el resultado...
Kadavar siempre se han caracterizado por un sonido muy psicodélico, mezclado con toques de stoner y algún ramalazo (discreto) de doom. Viniendo a la mente gente como Sabbath, Led Zeppelin o Blue Cheer entre otros al escuchar sus riffs y esa voz tan extraña de Lupus Lindemann entre Dickie Peterson (Blue Cheer) y Ozzy. En este Berlin vemos que los muchachos han endurecido algo su sonido, sonando algo más directos que en sus dos anteriores trabajos pero manteniendo su toque psicodélico en ciertos pasajes de las canciones. Así, un pesado riff abre Lord of the Sky, con un binomio guitarra-bajo realmente delicioso y bien acompañado por la pegada de Tiger en la batería, el primer tema de Berlin ya nos deja un buen sabor de boca. Producción algo sucia, muy setentero todo. Fantástico. Sigue Last Living Dinosaur, algo más oscuro que el anterior con un riff que me recuerda a unos tales Pentagram (banda a la que han teloneado alguna vez). Guitarra con bastante distorsión, bajo constante, fuerte pegada... Kadavar. Thousand Miles From Home abre con una guitarra muy melancólica para rápidamente romper con un riff pesado de ritmo muy suyo y que te hace cabecear bastante. Filthy Illusion es otra demostración del buen hacer de estos tipos en lo instrumental, no paran los colegas... . Imposible no disfrutar de este disco. El disco sigue por estos derroteros durante sus 45 minutos de duración. Teniendo en Pale Blue Eyes, su momento psicodélico, The Old Man, que es uno de los mejores temas que he escuchado este año o Set The World With Your Own Eyes, sus mejores momentos que brillan por encima del nivel ya de por sí alto del disco.
Así, pasados 11 temas en unos 45 minutos, nos quedamos con el álbum más directo y cañero de Kadavar, pero sin olvidarse de su estilo setentero. Buenos temas por doquier, olorcillo retro y mucho feeling es lo que nos entregan Lindemann, Boutelup y Tiger, tres magníficos instrumentistas, en este pequeño paso adelante en el sonido de la banda. Bien por Kadavar, que han entregado uno de los trabajos más sólidos y consistentes de este año (8'5/10).
Así, estos tres alemanes han conseguido crear su propia máquina del tiempo musical y llevarnos a "aquellos maravillosos setenta" con sus dos primeros albumes, Kadavar y Abra Kadavar. Pensábamos que el tercero se iba a llamar "pata de Kadavar" para así seguir el rollo, pero no. Se llama Berlin, como su ciudad natal, vaya por dios... después de comproner el Abra Kadavar en tan solo 10 días, esta vez quisieron tomarse su tiempo para así buscar un sonido más maduro y unas letras algo más elaboradas. Y este es el resultado...
Kadavar siempre se han caracterizado por un sonido muy psicodélico, mezclado con toques de stoner y algún ramalazo (discreto) de doom. Viniendo a la mente gente como Sabbath, Led Zeppelin o Blue Cheer entre otros al escuchar sus riffs y esa voz tan extraña de Lupus Lindemann entre Dickie Peterson (Blue Cheer) y Ozzy. En este Berlin vemos que los muchachos han endurecido algo su sonido, sonando algo más directos que en sus dos anteriores trabajos pero manteniendo su toque psicodélico en ciertos pasajes de las canciones. Así, un pesado riff abre Lord of the Sky, con un binomio guitarra-bajo realmente delicioso y bien acompañado por la pegada de Tiger en la batería, el primer tema de Berlin ya nos deja un buen sabor de boca. Producción algo sucia, muy setentero todo. Fantástico. Sigue Last Living Dinosaur, algo más oscuro que el anterior con un riff que me recuerda a unos tales Pentagram (banda a la que han teloneado alguna vez). Guitarra con bastante distorsión, bajo constante, fuerte pegada... Kadavar. Thousand Miles From Home abre con una guitarra muy melancólica para rápidamente romper con un riff pesado de ritmo muy suyo y que te hace cabecear bastante. Filthy Illusion es otra demostración del buen hacer de estos tipos en lo instrumental, no paran los colegas... . Imposible no disfrutar de este disco. El disco sigue por estos derroteros durante sus 45 minutos de duración. Teniendo en Pale Blue Eyes, su momento psicodélico, The Old Man, que es uno de los mejores temas que he escuchado este año o Set The World With Your Own Eyes, sus mejores momentos que brillan por encima del nivel ya de por sí alto del disco.
Así, pasados 11 temas en unos 45 minutos, nos quedamos con el álbum más directo y cañero de Kadavar, pero sin olvidarse de su estilo setentero. Buenos temas por doquier, olorcillo retro y mucho feeling es lo que nos entregan Lindemann, Boutelup y Tiger, tres magníficos instrumentistas, en este pequeño paso adelante en el sonido de la banda. Bien por Kadavar, que han entregado uno de los trabajos más sólidos y consistentes de este año (8'5/10).
buena crítica
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