Mad Season, la vía de escape.

Hoy, 5 de abril, se cumplen 13 años de la trágica muerte del vocalista de Alice In Chains, Layne Staley. Un tipo de esos con una voz que da igual que no entiendas una mierda de lo que está cantando, te transmite lo que quiere de todas formas. Una mezcla extraña de fuerza y fragilidad, rota poco a poco por la vida que llevaba el típico cantante de Seattle en los 90... Alice In Chains fue su banda madre, con la que sacó joyas intemporales destacando ese gigantesco Dirt (1993). Un álbum magnífico, con su ritmo pantanoso, oscuro y sincero, muy sincero con clásicos como 'Would?', 'Rooster', 'Rain When i Die' o 'Them Bones' que fue una piedra angular del sonido de Seattle y uno de los mejores discos de rock en la década de los 90.

Pero yo, como ya es costumbre, tiraré por otro lado. Hablaré de un proyecto paralelo de Layne que rozó la perfección en su único disco (Above, 1995). Estoy hablando de Mad Season, supergrupo formado por el propio Layne a la voz (con alguna aparición del gran Mark Lanegan), Mike McCready de Pearl Jam a la guitarra, Barrett Martin de los enormes Screaming Trees a la batería y el también difunto John Baker al bajo.

La banda se juntó a modo de terapia antidroga pocos meses después del suicidio de Kurt Cobain. Para evitar correr la misma suerte que el rubiales de Nirvana, McCready y Baker, que se conocieron en la misma clínica de rehabilitación, decidieron montar el grupo y se les unió el batería de Screaming Trees Barrett Martin para empezar a ensayar. Finalmente el guitarrista de Pearl Jam llamó a su buen amigo Layne, que tampoco se encontraba en su mejor momento, para que fuera el vocalista con la esperanza de ayudarse entre todos a superar esa situación de odio y autodestrucción por el que pasaban en aquellos turbios tiempos en la ciudad de Seattle. En el aspecto musical, decir que la composición y grabación del disco fueron totalmente espontáneas, de hecho así lo dijo el propio Mike McCready: "Hicimos toda la música de Mad Season en unos siete días. A Layne le tomó unos pocos días más para terminar las voces, fue intenso ya que sólo ensayamos dos veces e hicimos cuatro shows. Así que esto ha sido lo más espontáneo en lo cual he estado alguna vez involucrado. Esto se hizo incluso más rápido que con Temple of the Dog el cual nos llevó unas cuatro semanas. Con Mad Season comenzamos a tocar y todo el mundo tenía ideas tan claras que fueron desarrolladas en tres o cuatro días". El álbum, encasillado en el grunge por el estilo de las bandas principales de los miembros, mezcla magistralmente las dispares influencias de cada uno de sus miembros, de tal forma que a ratos suena a Alice In Chains o Pearl Jam y a ratos juega con sonidos del blues, jazz o rock progresivo (por ejemplo, en la enorme Long Gone Day).

Martin, McCready y Baker se encargaron de componer las partes instrumentales y cuando se les unió Layne fue el encargado de componer todas las letras del plástico, destacando la delicada Wake Up, River Of Deceit (compuesta a partir del libro "El Profeta" de Khalil Gibran con una letra desgarradora), Lifeless Dead o la mencionada Long Gone Day tema en el que participa el señor Mark Lanegan (Screaming Trees). Pero realmente todo el conjunto destaca por su oscuridad, por su sinceridad y por encima de todo, por toda la magia que contienen esas 10 canciones que te transportan a otro planeta. Un planeta lleno de mierda...

En 2013 salió a la venta una edición 'deluxe' de este disco, con varios temas inéditos que quedaron grabados y que Mark Lanegan completó con su genial voz cazallera de fumador empedernido, con el disco venía un DVD que contiene su único directo grabado, el Live at Moore.

Al final este disco no sirvió de mucho, ya que John Baker también murio por sobredosis en 1999, pero sí nos deja un mensaje muy claro: Las drogas no son cosa de broma...sirva este pequeño post como homenaje a Layne y John, piezas clave en un disco soberbio.


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