Reseña: Diabulus in Musica - Euphonic Entropy

El metal sinfónico no es un género que haya gozado de demasiada popularidad al sur de los Pirineos. Sin entrar en las razones de porque no ha terminado de calar este estilo; lo cierto es que han aparecido pocas bandas en territorio nacional que hayan tratado de emular los sonidos pomposos de bandas como Therion o Nightwish. Incluso en aquellos años, a principios de los 2000, en los que en el resto de Europa si dabas una patada a una piedra te salía de debajo media docena de bandas de este rollo. Dando como resultado casi todas las veces en agrupaciones de vida corta, que se separan tras como mucho dos discos editados. Entre las poquísimas excepciones a la norma se encuentran Diabulus in Musica. Los cuales se tienen ganado ya el puesto de reyes absolutos del metal sinfónico español. Y nos presentan el que es su 5º disco. Euphonic Entropy. Que salió a la venta el 14 de febrero. Fecha muy adecuada, pues es imposible no enamorarse de semejante trabajo.

¿Que nos encontramos en este Euphonic Entropy? Pues simple y llanamente, uno de los mejores discos del género que he escuchado en muchísimo tiempo, pese a un par de detalles que mencionaremos en su momento. Un paso más en la carrera ascendente del cuarteto pamplonese. Quienes no se contentan con ser una simple copia de Epica (banda que es su evidente y principal influencia). Sino que se han esforzado año tras año en labrarse su propio sonido. Ya apuntaron maneras, dejando entrever por donde irían los tiros en el futuro, con aquel Argia editado en el 2014. Pero fue con Dirge for the Archons, su cuarto disco, cuando lograron desmarcarse con un sonido más épico y vigoroso. Este quinto disco no es sino la evolución natural de su predecesor. Más épico, y más agresivo. Demasiado agresivo, diría yo. Y es el único punto negativo que le veo al álbum, es que encuentro que pisan el acelerador durante demasiado tiempo. Es un disco que esconde un eclecticismo bastante alto, pero este pequeño exceso de tralla deja la sensación de que este es un tanto reiterativo. Nada que suponga un obstáculo serio a la hora de encarar este disco, aclaro.


El disco se sustenta en tres pilares básicos. En las voces de Zuberoa Aznárez. En las orquestaciones, teclados, y grunts de Gorka Elso. Y en la batería atronadora de David Carrica (también en las filas de Tierra Santa). La agrupación la completa el guitarrista de origen ucraniano Alexey Kolygin. Sin pretender en lo más mínimo desmerecer su labor. Más bien al contrario, pues hace un trabajo magnífico. Pero si que es cierto que este pasa un tanto tapado por las orquestaciones, y no tiene demasiados momentos para lucirse (de hecho, salvo que se me haya pasado inadvertido, no encontrarás solo de guitarra alguno).

Entrando en materia, ya desde el principio se hace patente lo maravillosamente bien que suena este disco. Algo que por otra parte es una constante en el combo pamplonica, ya que siempre han mimado el sonido. Producido por el propio Gorka Elso, y masterizado por Jacob Hansen. Siendo este último un ingeniero musical de impresionante currículum; que ha trabajado con bandas como Delain, Avantasia, Aborted, Volbeat, y un larguísimo etcétera. No en vano, la banda pertenece al plantel de Napalm Records, donde los estándares de calidad en este aspecto son altísimos.

Tras la intro electro-orquestal de rigor, la cosa comienza a saco a ritmo de Race to Equilibrium. Un corte que es una excelente carta de presentación del disco. Un jodido cañonazo, con blast beats y riffs asesinos, que os podrán recordar a los Epica más agresivos. Salpicado en abundancia con orquestaciones muy épicas y coros de igual adjetivo, y algún que otro ramalazo electrónico. Zuberoa se luce mostrando la versatilidad de su voz, mientras que Gorka da el punto cafre al asunto con sus guturales. El tema cuenta con versos cantados en español (algo relativamente habitual en el grupo). Y si tras terminar el tema aun no te ha volado la cabeza, llega el siguiente para terminar de despertarte. Nuevo Rumbo, cantado 100% en español, es un tema más directo y machacón (en el buen sentido). Un corte donde los grunts y las guitarras toman más importancia.



The Misfit's Swing, el cuarto track, es un tema que ya se pudo escuchar a modo de 2º adelanto un mes atrás, y que ya me puso en su día los dientes largos. Metal y swing, ahí es nada. Si, ya se que hay por ahí unos tal Diablo Swing Orchestra (grupazo, por cierto), que ya han experimentado con semejante mezcla. Pero Diabulus in Musica le añade a la receta su propio toque épico sinfónico, y el resultado difiere mucho de lo que ofrece el combo sueco. La letra es para esculpirla en mármol y enmarcarla. Muy apropiada en estos tiempos de postureos, redes sociales, y de, como dirían Los Punsetes, opiniones de mierda. Un tema muy buenrollero que no me importa reconocer que me parece una pasada. Quiero más de esto, por favor. En vena.

Volvemos a la épica grandilocuente y poderosa con In Quest of Sense. Tema donde Zuberoa demuestra el alcance de su voz y alcanza aquí los tonos más altos del álbum. Y donde juegan de forma muy efectiva con el contraste entre voces líricas y guturales. Cambiamos de tercio con Otoi, el que fue el primer adelanto del álbum, un medio tiempo con cambios de ritmo de aires folk cantado en euskera. Un tema que de primeras no me convenció, debido en parte por dichos cambios de ritmo al ser un tanto repentinos, y que no me terminaban de encajar. Pero con sucesivas escuchas mi opinión ha mejorado mucho.

Ya tocaba bajar el ritmo tras tanta tralla. Blurred Dreams es una semi-balada emotiva no exenta de épica, donde la buena de Zuberoa saca su lado más dulce y melancólico. Pero no os durmáis en los laureles, no vaya a ser que la apabullante On the Edge os pille de sorpresa. Un nuevo zapatazo a la cara de tintes electrónicos, donde al igual que en Nuevo Rumbo, se le vuelven a dar más importancia a los riffs de guitarra y los grunts.




Our Last Gloomy Dance es una canción donde los de Pamplona se miran en el espejo de los actuales Nightwish. Tema con orquestaciones cuasi cinematográficas, y que rezuma un aire a lo Imaginaerum la mar de guapo. Llevado a su terreno, evidentemente. Donde por cierto, si no tuvisteis suficiente con The Misfit’s Swing y estabais deseosos de más “metal fusión”, aquí tenéis otra ración. Encontramos influencias de vals.

Encaramos ya la parte final del álbum con One Step Higher. Un medio tiempo que entra fácil, muy electrónico, con un sonido algo más genérico e incluso algo “popero”. Que lejos de decirlo a modo peyorativo, da incluso más variedad al disco. Sucedido por Blind Muse. Otro tema cañero y rimbombante, que aunque algo menos acelerado en comparación con lo que hemos oído ya, llegados a este punto ya satura un poco. El hecho de parecerme el tema “menos bueno” del álbum refuerza esa idea. Punto y final al viaje a ritmo de In the Vortex. Tema 100% orquestal donde Zuberoa da el do de pecho, mostrando su faceta más operística. Y demostrando por el camino no tener absolutamente nada que envidiar a las grandes divas europeas del metal sinfónico. Aquí no tengo más que quitarme la gorra ante las sublimes orquestaciones que el maestro Gorka se ha sacado de la manga. Aunque, llamadme loco, pero… ¿Esa parte final no os recuerda mucho a la banda sonora de Piratas del Caribe? El parecido es innegable.

Poco más que añadir. Pese al ligero exceso de vigor, y algún que otro detalle sin apenas importancia, que no empañan el conjunto; estamos ante un disco soberbio, de una banda increíblemente talentosa, y que por lo menos según mi opinión se merece más reconocimiento del que tiene. Un disco que cualquier amante del género debe escuchar si o si. 


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