Reseña: Golgotha - Erasing The Past.

Si eres mallorquín y te mola el Doom Metal, coleguita, 2019 ha sido tu año. Se te han alineado los planetas. Pues no abrimos el año con el nuevo disco de Helevorn, el cuarto en sus veinte años de carrera, que encima nos metimos en el jodido otoño con el nuevo de sus padres musicales, los pioneros del rollo en nuestro país, los jodidos Golgotha. Dos bandas hermanas, que han logrado cuajar en una isla donde su género no es que sea el más popular (de hecho no lo es en casi ningún sitio del planeta) y que se encuentran en un momento dulce, afortunados somos de tenerlos a mano. Pero bueno, hoy nos toca centrarnos en Golgotha, que son los que nos traen aquí hoy.

Con formación renovada, entrando el versátil Tomeu Crespí (Hyde XXY, Ses Bubotes) a los parches y manteniendo a sus dos cabezas pensantes principales (Amón López, voz, y Vicente Payá, guitarras) al frente de la formación, Golgotha han editado el que es su cuarto disco de larga duración, el primero en catorce años tras aquel New Life con Dave Rotten (Avulsed, Holycide, Famishgod, etc.) a las voces y el primero en veintuno con Amón, casi nada, tronco. Erasing the Past, borrando el pasado, título que se centra en el concepto del álbum pero que nada tiene que ver con lo que contiene en cuanto a sonido, puesto que la banda retoma ese Doom Metal de aires góticos que dejó en aquellos seminales Melancholy y Elemental Changes y aquel aire más duro del New Life y les ha dado la vuelta de tuerca lógica de más de dos décadas de escuchar otras músicas, recibir otras influencias y sumar recursos a lo que ya sabían para hacer un disco que conjunta lo más importante de la carrera de la banda. Así son las cosas, este nuevo álbum suena a Golgotha puro y duro, a ese Doom cargado de melancolía con sus melodías fúnebres habituales, con Amón alternando sus geniales registros de voces y con el magnífico sonido que les da el haber grabado con el gran Miguel Ángel Riutort "Mega", del que ya he dicho todo lo que podía decir, que saca lo mejor de cualquier banda que pase por sus mandos, sea jovenzuela o unos señores con canas (o poco pelo) y el culo pelado y que los hace sonar como una apisonadora. Por cierto, también se ha encargado de grabar el bajo en el disco, si es que vale pa tó el colega.

Algo que he captado en este disco es que se han girado las tornas en un sentido y es que, todo lo que Golgotha ha influido en la carrera de Helevorn, se ha invertido un poco de cara a este disco, pues siento que las dos bandas cada vez son más próximas en muchos sentidos (y lo digo en plan bien, no se malinterprete). Igual el compartir productor ha tenido algo que ver, o igual es que ambas bandas comparten referentes, pero en ciertos pasajes, como en las melodías del single Distorted Tears, que se muestra con una aire gótico entre Paradise Lost y Type O negative cojonudo, siento que han sido Helevorn quienes han influido, en el buen sentido siempre, sobre Golgotha. Y eso me encanta, colega, es como cuando un padre va al fútbol con su hijo y el chaval le contagia ciertas cosas que creía perdidas. Justamente, hilando con lo que vengo hablando, el tema que sigue a Distorted Tears, Eveloped In Fog, cuenta con la colaboración Josep Brunet quien junta su personal interpretación a la de Amón, conformando un dúo de voces extraordinario, sobre todo en sus registros más agresivos, que te devastan por completo como oyente y lo convierten en uno de los cortes estrella del disco sin lugar a dudas. Antes de estos dos temas mencionados hemos abierto con The Way To Your Soul, recuperando la idea de abrir el disco con un tema largo, con todos las piezas básicas del manual de la banda reunidas en un mismo corte, lento, angustioso y que te da ganas de seguir indagando en el álbum.




Continuamos atravesando el disco con el segundo single, Burning The Disease, puede que incluso más redondo que Distorted Tears, sobre todo por la interpretación vocal de Amón en el estribillo y por los bien logrados riffs de Vicente, que juntos hacen que el tema se te quede grabado en la mollera con bastante facilidad. New Hope, algo canónica dentro del propio estilo de la banda pero con una letra muy intensa, y Rewrite Your Destiny,  bastante perturbadora gracias a su bien conseguida atmósfera, nos dejan ante la joya de la corona, el tema que has venido a escuchar, el que le da título y razón de ser al disco, Erasing The Past, un pedazo de viaje de ocho minutos por lo mejor que Golgotha son capaces de parir, intenso, cargado de melancolía, con unos magníficos cambios de ambiente y una letra sobre los estragos del alzheimer y la demencia que te parte en dos. Una jodida maravilla que solo los jefes del Doom Metal pueden hacer y en el que la interpretación tanto de Amón, como de María Lladó como de todos los instrumentos es genial, te mete de lleno en la historia y la atmósfera que logran crear a lo largo de todo el tema es, sencillamente, sobresaliente. ¿La putada? Que ahora el tema final, Land Of Defeat, bastante épica y sin ser un mal tema, queda muy pequeñito al lado de su hermano mayor y te cierra el disco con una sensación extraña. Igual un cambio de orden ahí habría sido lo suyo para cerrar el álbum por todo lo alto.

En resumen, estamos ante un disco que resume todo aquello que dio a conocer a Golgotha en los noventa, en su época gloriosa, pero bien traido a los tiempos modernos. La magnífica voz de Amón con ese registro limpio y profundo que te envuelve y que interpreta de maravilla las letras, junto a las magníficas melodías de Vicente y esos riffs que siempre han definido el sonido de la banda, todo está en Erasing The Past. Un disco que, pese a ser Doom Metal con lo que eso conlleva, entra bien a la mayoría de oídos, no es excesivamente duro de escuchar ya que Golgotha no se andan excesivamente por las ramas y tienen ese feeling que hace que los temas se asimilen bien pese a estar englobados en un estilo donde eso, precisamente, es bastante difícil de lograr. Al final queda un trabajo bien cuidado y con la conciencia de tener claro que, si revives a un monstruo como Golgotha, tiene que ser para sacar un disco digno de su legado, cosa que se ha conseguido tranquilamente.

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