Crítica: Helloween - The Darkness - Armored Saint - Paradise Lost

Marchando una de críticas.

Helloween - My God-Given Right. Dos añetes después del entretenido Straight Out of Hell, los de la calabaza vuelven a la carga con este My God-Given Right, 15º album de la banda y 10º con Andi Deris al micro. Lo primero que llama la atención es la producción, que suena algo sucia y saturada, poniendo el acento en las guitarras. La portada, en modo Planeta de los Simios versión invierno, es la cara visible de un CD plagado de temas rápidos, directos y pegadizos. Sin grandes sobresaltos, pero de escucha bastante entretenida. El tema-título, The Swing Of A Fallen World (con un ligero aroma al sonido de los Keepers), Creatures In Heaven (ese riff es de lo mejorcito del disco) destacan en un sólido conjunto que pocas veces baja el nivel y que contiene himnos que no pueden faltar en directo como Russian Roulé o la soberbia If God Loves Rock N' Roll. Está claro que no les podemos pedir otro Keepers, entre otras cosas porque esos discos tienen casi 30 años y la formación ha variado lo suficiente como para tener que ir dejando de lado ese tipo de comparaciones. My God-Given Right es un magnífico disco, ligeramente por encima del anterior en mi humilde opinión aunque se hace un poco largo. Ya les gustaría a muchos otros tótems de la escena heavy seguir sacando discos tan regulares como los que está sacando Helloween en los últimos años. (7/10)



The Darkness - The Last of our Kind. The Darkness es esa banda británica que revolucionó la escena hard-rockera en 2003 con ese fantástico Permission To Land, un disco de hard rock de estilo clásico, con temas de alta calidad y destacando los falsetes de su curioso vocalista Justin Hawkins, un tipo altamente influenciado por Freddy Mercury y sus Queen. Tras el notable, aunque ya inferior a su debut, One Way Ticket la banda se separó para volver en 2012 con un discreto y empalagoso Hot Cakes. En 2015 nos presentan su nueva obra, en la que se suponía que querían recuperar un sonido rockero de su primera entrega y bueno... Last of Our Kind no es un mal trabajo, suena rockero, con un buen trabajo a las guitarras y tal... pero está totalmente falto de la frescura que presentaron a principios de siglo. The Darkness empezaron medio parodiando los tópicos del glam rock y hoy en día solo son una parodia de sí mismos. Aún así dentro de la pomposidad y el nivel plano de las composiciones tenemos momentos disfrutables como ese cañero Open Fire, Mighty Wings tema raruno, pero que se le acaba cogiendo el punto o Mudslide, entretenidilla con toques de AC/DC y tal. Total, queda un disco que, a diferencia de sus primeras obras, este sí deja totalmente indiferente. No es malo del todo, pero... bah. (5/10)



Armored Saint - Win Hands Down. Armored Saint es una de esas bandas que ha ido pasando desapercibida pese a haber sacado grandes pelotazos de heavy metal como “Raising Fear” de 1987 o el “Symbol of Salvation” de 1991. En sus filas cuenta con el gran John Bush conocido por su papel en Anthrax. Tras el flojete "La Raza", regresan este año con Win Hands Down, album compuesto por 9 temas que siguen recordando un poco a los Anthrax de la época del virtuoso voceras, olvidando la identidad heavy-epicorra de los inicios de la banda. La cosa se abre con el tema título que de primeras es de lo mejor del disco, la sigue Mess, que es un tema algo flojete marcando lo que será un álbum de altibajos. Así es, Armored Saint han vuelto con un buen disco, con momentos interesantes como el Win Hands Down, An Exercise In Debauchery o That Was Then, Way Back When pero que también, pese a contener solo 9 temas, nos deja algún tema algo falto de garra e inspiración con tufillo a relleno como Muscle Memory o Dive. Dejando lo que al final es un buen disco sin más de Armored Saint. Lejos, muy lejos de sus clásicos pero que mantienen un nivel digno y con el añadido de tener a un superdotado como John Bush, cosa que hace que tus discos siempre sean de interés general. (6/10)



Paradise Lost - The Plague Within. Y llegó, uno de los discos más esperados del año para un servidor. Los álbumes de Paradise Lost, salvo alguna excepción, son sinónimo de calidad y en 2015 anunciaban el regreso de las voces guturales y el sonido de su seminal Gothic. Palotes perdidos todos con esa noticia, con la pedazo de portada que presenta y con el adelanto No Hope In Sight. Tema marcado por un riff pesado y pantanoso y comandado por la profunda voz gutural de Nick. Empieza muy bien la cosa... las revoluciones aumentan en Terminal donde Adrian saca el doble pedal a pasear, más potente pero no mejor que el anterior corte. Los violines nos abren An Eternity of Lies y dejan paso a uno de los riffs más pesados del disco y dejar un tema cojonudo. La cosa sigue por ahí, como ya sabéis os describo los primeros temas por encima y ya el resto que cada uno saque sus conclusiones. El disco sigue por los derroteros del doom pantanoso, metiendo cierta caña tipo Tragic Idol en algún tema y sonando más lentos y doom en algún otro. Eso sí, no os perdáis Victim Of The Past, telita colegas. En algún riff se nota el sonido de su anterior Tragic Idol, disco en el que rescataban su rollo más doom y al que han dado una vuelta de tuerca. Cerramos diciendo que Paradise Lost han vuelto a los sonidos primigenios del género que prácticamente crearon y en el que sentaron cátedra, mezclándolo con pinceladas de sus obras recientes dejando un muy buen disco, aunque para mi inferior al excelente Tragic Idol, tal vez debido a su excesivo minutaje. Aún así (8'75/10)


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